El fonendoscopio o estetoscopio
Robin Prieto
Generalmente cuando asistimos a una cita médica, el galeno se coloca un aparato en los oídos y escucha los ruidos que producen nuestro corazón y nuestros pulmones, determinando nuestro buen estado de salud o encontrando alteraciones que lo llevan a solicitar algún tipo de exámenes adicionales. Pero, ¿qué es ese aparato, de donde salió, hace cuánto, por qué es importante?
El fonendoscopio o estetoscopio, es uno de los instrumentos más representativos y simbólicos de la práctica médica. Antes de su existencia, los médicos pegaban su oído al pecho o a la espalda de los pacientes, lo cual causaba gran incomodidad en unos y otros, hasta que en 1816 el médico francés René Théophile Laënnec (1781–1826), quien trabajaba en el Hospital Necker de París, descubrió que los sonidos del corazón se oían con mayor claridad si lo hacía a través de un tubo de papel que aplicaba directamente sobre el paciente, por esta razón decidió fabricar un tubo de madera que por supuesto era más sólido y fácil de maniobrar.
Apareció entonces el primer estetoscopio monoaural, un cilindro de madera de unos 30 cm de largo y 2,5 cm de diámetro, que Laënnec denominó «stéthoscope» (del griego stethos, pecho, y skopein, observar o examinar). En 1819, Laënnec publicó su obra De l’Auscultation Médiate, en la cual describió la técnica de la auscultación y las características de los sonidos del corazón y de los pulmones tanto normales como enfermos, este trabajo es considerado por los médicos como las bases de la semiología clínica moderna o estudio de los signos de las enfermedades cardiopulmonares.
A mediados de 1850, se mejoró notablemente la calidad del sonido y la comodidad del examinador gracias al invento del estadounidense George P. Cammann, quien desarrolló el estetoscopio biaural, es decir que servía para oír con ambos oídos, eran dos tubos flexibles unidos que terminaban en olivas para los oídos.
Ya en el siglo XX, con la aparición del caucho y el acero inoxidable, este importante aparato logró importantes mejoras al fabricarse con materiales más livianos y resistentes, y campanas dobles, con membranas que mejoraron aún más la auscultación de diverso sonidos graves y agudos.
Actualmente existen fonendoscopios electrónicos o digitales, que amplifican los sonidos, filtran el ruido ambiental y permiten registrar o transmitir las auscultaciones, facilitando la docencia, la telemedicina y el seguimiento clínico.
El fonendoscopio es considerado un elemento indispensable y simbólico del médico, un elemento de vínculo con el paciente, que permite una aproximación física ética con el fin de establecer el estado de salud del paciente. Este simple aparato de más de doscientos años de existencia representa en sí mismo la ciencia, el arte y el humanismo de la medicina.
