La toma de importantes avenidas por parte de los motociclistas disfrazados provocó «trancones monumentales» para el transporte público y vehículos particulares.
Amparo Solís H.
Bogotá
Bogotá vivió una noche de caos y desorden el pasado sábado debido a la «Rodada del Terror», una masiva congregación no autorizada de motociclistas disfrazados en el marco de Halloween. Convocado por redes sociales, el evento desbordó la capacidad de las autoridades, afectando gravemente la movilidad y la convivencia.
Movilidad Colapsada y Desmanes
La afluencia de motociclistas generó un caos vial significativo en los principales corredores de la capital:
La toma de importantes avenidas por parte de los motociclistas disfrazados provocó «trancones monumentales» para el transporte público y vehículos particulares.
Se reportaron graves infracciones de tránsito, incluyendo el bloqueo de vías, el uso de andenes y la realización de maniobras peligrosas.
Vecinos, especialmente en zonas como El Campín, denunciaron un «exceso de ruido» y el uso de pólvora, generando gran molestia.
Autoridades en Alerta
El evento se desarrolló a pesar de las advertencias de las autoridades, que recalcaron que la concentración no contaba con permisos y que infringía la normativa de orden público.
La Alcaldía y la Policía Metropolitana habían dispuesto de 1.100 uniformados y 130 agentes de tránsito para la jornada, pero la magnitud de la rodada superó la capacidad de contención.
Las autoridades pidieron a los motociclistas abstenerse de realizar estas actividades que ponen en riesgo la seguridad, recordando la prohibición de conducir bajo los efectos de bebidas embriagantes y el riesgo de reemplazar el casco reglamentario por máscaras de disfraces.
Precedentes de Tragedia
La preocupación de las autoridades se basó en el historial de estas concentraciones, que a menudo terminan en violencia.
Estos eventos masivos e indisciplinados son focos de intolerancia, riñas y abren la puerta al hurto y vandalismo, poniendo a prueba la seguridad ciudadana.
En síntesis, la «Rodada del Terror» de 2025 fue una reedición de un fenómeno anual que evidenció el desorden en la capital, lo que suscitó fuertes críticas ciudadanas por la alteración del orden y la convivencia.
La Alcaldía y la Policía Metropolitana habían dispuesto de 1.100 uniformados y 130 agentes de tránsito para la jornada, pero la magnitud de la rodada superó la capacidad de contención.