El presidente Petro reconoció que «el camino de la paz está en la mitad» y que es imperativo «cambiar las normas» para acelerar el cumplimiento y alcanzar la anhelada Paz Total.
Primicia Diario
Nueve años después de la histórica firma entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP, el Acuerdo Final de Paz vivió una crucial jornada de conmemoración. El presidente Gustavo Petro asistió al acto central, un gesto que cobró especial relevancia al contrastar con su ausencia en aniversarios anteriores, sellando así el compromiso inequívoco de su administración con la continuidad y profundización de la hoja de ruta de la paz.
El evento, que reunió a representantes del Gobierno Nacional, la comunidad internacional, firmantes de paz y víctimas, se convirtió en una tribuna para destacar los avances históricos de la actual gestión, centrados especialmente en la Reforma Rural Integral y la transformación del territorio.
Cifras Históricas
El Gobierno Petro hizo hincapié en el cumplimiento del Punto 1 del Acuerdo, destacando logros sin precedentes en la distribución de tierras:
Se gestionaron y titularon 700.000 hectáreas en todo el país. Esta transferencia benefició directamente a campesinos, comunidades étnicas, víctimas del conflicto y más de 800 familias de reincorporados, quienes hoy fortalecen proyectos productivos propios y honran su compromiso con la paz y la soberanía alimentaria.
El presidente vinculó esta implementación directa con su bandera de Paz Total, señalando que la falta de integración social y económica de las vastas zonas rurales es el epicentro del conflicto histórico. Insistió en la urgencia de la reforma rural integral para evitar la perpetuación de la violencia.
En el marco de la conmemoración, las voces críticas también resonaron. El expresidente Juan Manuel Santos, participando en actos alternos, señaló que la falta de cumplimiento en administraciones pasadas (incluyendo la actual) había permitido a los grupos armados llenar el vacío estatal, instando al próximo mandatario (electo en 2026) a retomar la implementación como una verdadera política de Estado. Por su parte, Petro reconoció que «el camino de la paz está en la mitad» y que es imperativo «cambiar las normas» para acelerar el cumplimiento y alcanzar la anhelada Paz Total.
Guerra contra las Drogas
En un flanco crucial del Acuerdo, el mandatario arremetió de nuevo contra la estrategia global de lucha antinarcóticos, ligándola directamente al fracaso del punto de sustitución de cultivos.
Petro reiteró su enfoque social frente al militarismo: la guerra contra las drogas, afirmó, «no se gana con misiles», sino atacando la pobreza y la necesidad que obliga a los campesinos a optar por los cultivos ilícitos.
Finalmente, el presidente denunció la mutación del narcotráfico hacia la compra violenta de tierras para el lavado de activos. Su conclusión fue contundente: «Las tierras deben dejar de ser improductivas en manos de hacendados que lavan dólares del narcotráfico y pasar a manos de campesinos».
Los antiguos mandos de las FARC, que se desmovilizaron asistieron a la conmemoración de los nueve años de la firma de la paz.