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SÍNDROME DE DIÓGENES. ES LA COSTUMBRE DE ACUMULAR ARTÍCULOS INÚTILES

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Coleccionar cosas no es un problema, solo que cuando esta situación se vuelve incontrolable,  comienza a perderse el límite de lo que se guarda, no se sabe donde se almacena  lo que se tiene, no se quiere salir de nada. 

 

 

María del Rosario Higuera Soto

Psicóloga –Clínica de lo Social

Especial para Primicia

 

 

Coleccionar cosas no es un problema, solo que cuando esta situación se vuelve incontrolable,  comienza a perderse el límite de lo que se guarda, no se sabe donde se almacena  lo que se tiene, no se quiere salir de nada y se exaspera cuando le llaman la atención por las cantidades de objetos amontonados, es cuando se está  ante la presencia de un síndrome que hoy ha cobrado mucha importancia, dada la facilidad que existe para obtenerlas y la cantidad de personas que lo padecen.

 

Este trastorno obsesivo compulsivo, es un desorden que pertenece al grupo de los problemas de ansiedad, aunque actualmente, nuevas investigaciones afirman que al menos en el 50% de los casos, se puede establecer correlaciones entre ambas patologías, es decir entre la obsesión y la compulsión y hace muchos años, esta molestia fue incluida dentro de las enfermedades mentales, siendo tratada por la psiquiatría, que gracias a diversas investigaciones, se ha descubierto que existen otras formas de ayudar a aquellos que sufren el problema y que no es exclusivo de ningún grupo étnico o estrato social.

 

En 1960 los científicos hacen el primer estudio de los patrones de conducta de estas personas, el nombre del síndrome de Diógenes nace en 1975, en referencia al filósofo Diógenes de Sinope, muy conocido por sus ideas de vivir austeramente en renuncia a toda comodidad, aunque esta denominación parece estar errada con lo que vive y experimenta  el paciente acumulador.

Un acumulador es en si, un personaje incapaz de desprenderse de cualquier objeto que llega a sus manos, pues para él, este guarda valor sentimental  y siempre tienen la idea de que algún día lo va a necesitar, convirtiéndose en uno de los lemas para conservarlo, porque a la vez ese elemento, está cargado de afecto y recuerdo del pasado, que lo llevan a mostrar esa resistencia característica para separarse de él, por tener historia y supuestas evocaciones que simbióticamente los une.

La vida de estas personas es caótica, en la que ellos mismos se sienten mal por el desorden, procurando aislarse de la sociedad para que nadie vea cómo viven, sintiendo vergüenza del estado deplorable al que han llegado,  y aunque  quieren organizar los objetos acumulados, estos van saliéndoseles de las manos, por presentar problemas al seleccionarlos dado el perfeccionismo para clasificarlos por categorías inmersas de sentimientos,  situación que se convierte en demora dilatada en el tiempo, mientras la pila de cosas muchas veces inservibles, aumenta en un caos que va devorando el espacio.

Es así como sus casas se van transformando en siniestros museos de objetos viejos, que no sirven para nada y que poco a poco van desapareciendo entre la maraña de cosas inútiles. Igualmente hay que reconocer que en esta patología se encuentran una variedad de cosas acumuladas, ya que coleccionan objetos,  animales, libros y demás elementos de su interés que regularmente no necesitan.

 

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, DSM-IV,  expresa que este problema se caracteriza por la incapacidad para tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental, puede ser un síntoma del trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad. “El trastorno obsesivo compulsivo tiene su incidencia y en estos casos se pueden encontrar conductas de acumulación”, No obstante, se está llevando a cabo una revisión de la clasificación psiquiátrica norteamericana y ahora se propone que el trastorno por acumulación sea considerado una enfermedad aparte.

 

Es importante reconocer que esta situación conlleva a presentar una situación compleja para aquellos que conviven en casa con el acumulador, porque  poco a poco va invadiendo todo el entorno, desdibujando los espacios de circulación dejando el hogar sin funcionalidad, afectando a otras personas, que cuando reaccionan o intentan botar algo del acumulador,  se crea un roce que desorienta y complejiza la convivencia.

Algunos expertos piensan que el problema aparece en personas mayores con tendencias a aislarse,  relacionando la situación con esta etapa de la vida en el que presentan un problema de personalidad o que padece la persona un deterioro psíquico. Así mismo se asegura que los acumuladores generalmente presentan problemas relacionados con lo económico, la perdida de familiares cercanos y que la mayoría de las veces se sienten solos o abandonados.

Su tratamiento debe estar acompañado por profesionales de la salud, donde participen nutricionistas, psicólogos, médicos, asistentes sociales y demás funcionarios para realizar un trabajo interdisciplinar, para no fracasar en el intento de ayudarlos, pues de no ser así, se puede agravar la situación no solo del paciente, sino para la familia y a veces el entorno cercano, pues es necesario recordar que este inconveniente cuando  no es atendido a tiempo puede acarrear problemas de salubridad a la comunidad.

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La vida de estas personas es caótica, en la que ellos mismos se sienten mal por el desorden, procurando aislarse de la sociedad.