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BIENVENIDA A LA PAZ

El escenario de la paz

 

Colombia está hablando hoy de paz, una palabra esquiva durante la Historia del territorio patrio. Por fin, las partes en conflicto han acordado iniciar unos diálogos que permitan buscar los caminos de la reconciliación en nuestro país.

 

Valiosa ha sido la participación de algunos Gobiernos amigos para dar este transcendental paso, con el que muchos guerreristas no están de acuerdo, al ver afectados sus intereses políticos y económicos. Cuba y Venezuela fueron los primeros en ofrecer su concurso; luego, se sumó Chile, y ahora inicia un papel importante Noruega, adonde se trasladarán los negociadores, quienes tendrán como responsabilidad llegar a unos acuerdos.

 

El primer acuerdo firmado entre el Gobierno colombiano y las FARC, en La Habana (Cuba), es el inicio oficial de los mecanismos que permitan finiquitar el conflicto que ha costado miles de vidas de humildes compatriotas.

 

El 5 de octubre, según ese primer acuerdo, se efectuará la instalación de la mesa de diálogo en Oslo, donde se abordará una importante agenda propuesta por las partes. Los alzados en armas, según la propuesta gubernamental, tendrían la oportunidad de reintegrarse a la actividad política a través de las diversas corporaciones públicas.

 

La entrega de tierras a los campesinos colombianos es uno de los puntos,  que a través de la Ley de víctimas se está trabajando, para poder cumplir con el objetivo de devolver las tierras que fueron arrebatadas por sectores armados, entre otros puntos.

 

Los colombianos estaremos pendientes de la actuación de las partes que tienen la enorme responsabilidad de devolver la reconciliación que conduzca a la paz. Es hora  que todos los colombianos rechacemos a los guerreristas, los cuales buscan que nuestro país siga en ese baño sangriento.

 

Fue alentador conocer la opinión favorable de las organizaciones, y cómo la ciudadanía en general entró a respaldar una de las determinaciones adoptadas por el Gobierno, que pretende jugársela toda por la paz.

 

Sería  plausible que de inmediato cesara la guerra, para darle un compás de espera a la paz. Esta determinación sería adoptada exclusivamente por las partes.

 

Es  por ello que las partes que van a negociar, seguramente en medio del conflicto, tienen que asumir la responsabilidad de no pararse de la mesa hasta que se llegue a los acuerdos concretos, que tanto espera el pueblo colombiano.

 

Desde ya estamos dando  una bienvenida a la paz.