Fred Emiro Núñez Cruz

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Especial para Primicia

La selección al curso de altos estudios militares, requisito indispensable para acceder al grado de brigadier general en las fuerzas militares y de policía, tiene el concepto de un grupo de generales de la república que lo tildan como sabio y muy ecuánime. Sin lugar a dudas es el propio amor que se siente por un rango, un uniforme y una profesión de servicio al país.

El comandante del ejército, el segundo comandante y el inspector general de la fuerza hacen las veces de relatores y presentan máximo diez coroneles, haciendo una exposición con fotografías y un recorrido por toda su vida militar donde se miran calificaciones, cursos nacionales e internacionales, felicitaciones, condecoraciones y sanciones; luego de acuerdo a las vacantes de la planta de personal se somete a votación secreta cada uno de los opcionados, coroneles, que cumplen con los requisitos de ascenso.

Este procedimiento tiene una serie de enemigos tanto internos como externos, considerados en mi análisis así: internos podemos mencionar la mala elaboración del estudio, situación que rara vez se presenta, ya que el mismo lo realizan los generales más antiguos del ejército, y segundo una intromisión de la clase política y del gobierno presionando por intermedio del ministro, para empujar algún coronel con vínculos a las esferas del poder.

Las variables externas básicamente se presentan por la intromisión de las cortes y los tribunales que mediante tutelas y fallos judiciales ordenan al ministerio o a las fuerzas que un oficial debe ser llamado a curso o ascendido al grado inmediatamente superior. Esta situación la tienen en la actualidad el ejército, la armada, la fuerza aérea y la policía.

Me voy a referir primero a la papa caliente que le van a pasar a las comisiones segundas de senado y cámara para ascender al grado de mayor general al brigadier general Gustavo Rincón, el mismo que fue ordenado llamar a curso de altos estudios por un fallo judicial de un tribunal, sin haber investigado sus antecedentes de comandante de distrito militar, intendente local del batallón Tarqui, ejecutivo del batallón de mantenimiento y director del fondo rotatorio del ejército, donde se dedicó a hacer plata mediante procedimientos irregulares y venta de repuestos y armas a los grupos al margen de la ley. Hoy es el depositario de todas las quejas de abuso de autoridad, acoso sexual y persecuciones del general Mantilla, comandante del ejército, por este motivo, chantajes a los altos mandos contra toda normatividad lo van a presentar como candidato para ascender al grado de mayor general; agrego que no cumple con la edad, la sobrepasa, tiene más de sesenta y tres años, y no ha hecho sino vegetar en la institución y demandarla.

Ojo senadores y representantes estamos realizando una investigación con la DIAN, ministerio de transporte, sistema bancario colombiano, mercado común europeo y gobierno de Panamá para aclarar este aspecto.