La revocatoria del Congreso es el castigo que se merecen los senadores y representantes que votaron el engendro mal  denominado «reforma judicial» para implantar la impunidad. Foto  Ángel Vargas.

Colombia está indignada como consecuencia del engendro mal  denominado «reforma judicial», que tiene como propósito blindar totalmente a los congresistas y altos funcionarios del Estado, para que puedan seguir  delinquiendo en muchos casos, sin recibir siquiera un llamado de atención. Mientras tanto, un pueblo que reclamaba justicia pronta e imparcial se encuentra que los privilegiados «por debajo de la mesa» y de «espaldas al país», hicieron lo que quisieron para favorecerse en los aspectos penales, fiscales y disciplinarios, mientras que la mayoría de colombianos sí tenemos que  someternos a la ley, sin ninguna contemplación.

Incluso, algunos miembros de la academia indicaron que detrás de los congresistas estuvieron abogados que participaron en otros procesos con ocultos  intereses.

Esto revela que la llamada reforma a la justicia era un plan preparado como revancha contra la justicia, en especial contra la Corte Suprema, que tuvo la valentía de juzgar y condenar a criminales que se ampararon en la parapolítica, para abusar, masacrar y mantener el poder político y económico en las diferentes regiones de Colombia.

¡Qué vergüenza para los colombianos que nos sigan tildando de parias en el mundo!, por la actuación de unos pocos que no aceptan ser juzgados y buscan evadir por todos los medios hasta las acusaciones.

En el pasado una acusación mediante anónimo, era investigada contra los equivocadamente llamados «padres de la patria». Ahora, quien haga la denuncia tendrá que presentarse con cedula en mano y luego volver a ratificar el denuncio frente al acusado. ¿Quién va a volver  acusar a un congresista de los colombianos de a pie? Seguramente, nadie.

El Gobierno nacional por primera vez reaccionó con el propio presidente Santos, quién en una fuerte a locución dijo que lo actuado en la etapa de conciliación es inaceptable para los colombianos y para el propio gobierno, anunciando que se opone y tomará las medidas del caso para evitar el caos en la justicia.

Por indignación, algunas organizaciones del sector de la justicia están proponiendo un referendo para tumbar el engendro aprobado. Nosotros vamos más allá, y proponemos la revocatoria del Congreso, como un justo castigo para los autores de la hecatombe que vive la justicia con la pretendida y fallida implantación de la impunidad.