Indignación se presenta en varios sectores de la ciudadanía como consecuencia de los escándalos sexuales protagonizados por algunos privilegiados en altos cargos de la diplomacia, el Congreso y el Estado.
Indignación se presenta en varios sectores de la ciudadanía como consecuencia de los escándalos sexuales protagonizados por algunos privilegiados en altos cargos de la diplomacia, el Congreso y el Estado.
Dos congresistas y un embajador fueron involucrados en presuntos casos de abuso sexual, que han despertado el rechazo de la ciudadanía y la intervención de las autoridades.
El representante del Partido de Gobierno, la U, y sacerdote, Jaime Vásquez, fue acusado ante las autoridades judiciales por un hombre que dijo haber sido violado cuando era menor de edad, durante un lapso de 16 años.
Francisco Javier Bohórquez hizo entrega a la Fiscalía de grabaciones y videos que, supuestamente, corroboran el abuso del sacerdote y legislador.
Las comisiones de ética de la U y de la Cámara abrieron sendas investigaciones por estos hechos; aunque Vásquez y su hermano, Carlos Fernando, también cura e igualmente acusado por presunto abuso carnal, han rechazado los cargos; y han dicho que Bohórquez solo quiere sacarles dinero. Sin embargo, la curia no ha tomado determinaciones de fondo, como la de apartar del sacerdocio a los implicados mientras se adelanta la investigación. El único pronunciamiento de la Iglesia ha sido en el sentido de que no se ha recibido ninguna queja sobre la conducta del sacerdote y político.
El representante Hernando Padauí, de Cambio Radical, orientado por Carlos Fernando Galán, fue acusado de, presuntamente, aparecer en un video sosteniendo relaciones sexuales con dos mujeres, una de ellas, al parecer, menor de edad.
El video fue subido al Internet. Copia de él fue enviado a la Corte Suprema de Justicia, como denuncia anónima para que se juzgue al congresista por presunto abuso contra menores.
Padauí rechazó las acusaciones, y calificó el supuesto video como un montaje de los corruptos de la salud, por haber denunciado algunos hechos de malos manejos en ese sector público.
El caso más sonado en la comunidad internacional fue el del embajador de Colombia en Rusia, Rafael Amador, sindicado de pedir, aparentemente, «favores sexuales» a cambio del otorgamiento de becas de estudio en Moscú.
Las denuncias han sido anónimas. El saliente embajador, Amador, dijo que se aparta del cargo para no afectar al Gobierno, y, además, para defenderse de quienes, a su juicio, lo están calumniando.
«Acá llegó un anónimo que no corresponde con el nombre de la persona, ni el teléfono, ni la dirección, ni los datos que da, en el que dice que por estos trámites de estas cartas (para las becas) el embajador pide algún tipo de favor», dijo la canciller, María Ángela Holguín, quien dio como cancelado lo que calificó de «incidente».
A los escándalos sexuales se suma otro de violación de los derechos humanos, protagonizado por el exgeneral Padilla, embajador de Colombia en Austria.
El representante del Partido de Gobierno, la U, y sacerdote, Jaime Vásquez, fue acusado ante las autoridades judiciales por un hombre que dijo haber sido violado cuando era menor de edad, durante un lapso de 16 años.
El representante Hernando Padauí, de Cambio Radical, fue acusado de, presuntamente, aparecer en un video sosteniendo relaciones sexuales con dos mujeres, una de ellas, al parecer, menor de edad.
El embajador de Colombia en Rusia Rafael Amador, está sindicado de pedir, aparentemente, «favores sexuales» a cambio del otorgamiento de becas de estudio en Moscú.