Pero el aumento que hoy se observa en la tasa de cambio por dólar,  a niveles entre $1900 y $ 1950, obedece más a efectos externos como el causado por la reserva federal de Estados Unidos, FED, al eliminar estímulos como la emisión de moneda para adquirir bonos 

*Saulo arboleda Gómez

Columnista Primicia

Es indudable que la salud de una economía se refleja en la cotización de su moneda no solo en países desarrollados sino en los llamados en vía de desarrollo; y que la moneda de referencia en los mercados mundiales sigue siendo el dólar, a pesar de la crisis económica de Estados Unidos de cuya recuperación ya hay evidentes síntomas, de los cuales el más reciente es la disminución del desempleo a tasas inferiores al 8%.

Dado el impacto negativo    de un dólar débil sobre ciertos sectores exportadores como el cafetero, agravado por la caída de su precio internacional, las autoridades monetarias colombianas han expedido medidas internas para frenar la revaluación del peso, dentro de las cuales se destacan la de comprar una cifra mínima diaria del orden de US$ 20 millones lo que de paso, ha significado grandes pérdidas al Banco de las República; y la de no monetizar en pesos, ingresos en dólares, en particular los generados por Ecopetrol y parte de créditos externos.

Pero el aumento que hoy se observa en la tasa de cambio por dólar,  a niveles entre $1900 y $ 1950, obedece más a efectos externos como el causado por la reserva federal de Estados Unidos, FED, al eliminar estímulos como la emisión de moneda para adquirir bonos, por considerar que ya su crisis económica tocó fondo y a que, ante esta recuperación, regresen allí, las  inversiones realizadas en países emergentes. A lo anterior agréguese el menor crecimiento económico de China  y la Unión Europea, grandes consumidores de materias primas, y la caída en los precios internacionales de estas, también llamadas “comodities”. Todo esto trae desde luego una menor oferta de dólares en el mercado y explica entonces la devaluación de las monedas de países latinoamericanos, Brasil, Chile, Colombia, beneficiados con la bonanza ya por concluir.

Una  mayor tasa de cambio ayudará sin duda a sectores exportadores y debe frenar desmesuradas peticiones de ayudas económicas, como acaba de ocurrir con los cafeteros a quienes con cargo al presupuesto nacional, es decir al bolsillo de todos los colombianos, les acaban de entregar $ 800 mil millones, lo que además de discriminatorio ya “raspó la olla” de las arcas del gobierno. Lo curioso es que ya aspiran a igual suma, o mayor, bajo la amenaza de otro paro, similar al que usaron como presión para alcanzar sus objetivos.

*Exministro de Estado.