Editorial

NOTA EDITORIAL: ABUSO TOTAL

EditorialABUSO TOTAL

Colombia afronta una nueva vergüenza en el ámbito internacional, como consecuencia del comportamiento de algunos policías con nuestros campesinos, en diferentes regiones de Colombia.

Videos, fotografías y grabaciones que se conocen a cada momento en las redes sociales, y que tratan de ser ocultadas por los denominados «grandes medios», hacen parte de la «guerra sucia» que sucede en los campos y pequeñas poblaciones, con el silencio cómplice de un Gobierno que se niega a buscar soluciones a la problemática del campo.

Parece que la violación de los derechos humanos es parte de las instrucciones que recibe  el Escuadrón Móvil Antidisturbios ─Esmad─, según se colige del comportamiento de sus unidades.

Vergonzoso es que tengamos que observar esta clase de comportamientos de unas autoridades que tienen como misión establecer la paz y la tranquilidad ciudadanas; pero por su comportamiento están haciendo todo lo contrario, y lo grave del asunto es el «no importa» de un Gobierno que en el ámbito internacional habla que su política principal ¡es la defensa de los derechos humanos!

Lo grave del asunto son las pruebas contundentes en videos, en los que la Policía anuncia «exhaustivas investigaciones» que, de antemano, sabemos que serán archivadas de inmediato, mientras siga la complacencia de la Administración Nacional, y en algunas otras zonas se sumen a ello Gobiernos regionales y municipales.

¿Hasta cuándo los campesinos colombianos, además de atravesar por una crisis total, como consecuencia de la equivocada política de un Gobierno que está interesado en beneficiar a las multinacionales por encima de todos los colombianos, tendrán que soportar tales desmanes?

Los campesinos, históricamente, han sido quienes producen los alimentos para todo el país. Pero, fuera de llevarlos a la quiebra total, ahora son agredidos con garrotes y las armas del Estado. ¡No hay derecho!

Llegó la hora de rectificar el equivocado manejo de la crisis de los trabajadores del campo desde las confortables oficinas en Bogotá, mientras el problema se desarrolla en los campos y las ciudades.

Es hora de entablar negociaciones que permitan restablecer el orden, con soluciones concretas, no con salidas en falso; antes de abordar un problema, lo primero que dicen es que dinero no hay más.

Por favor, señores del Gobierno, los colombianos exigimos un comportamiento digno y adecuado con nuestros trabajadores en el campo, y soluciones rápidas y concretas; hay que dejar a un lado la prolongación del conflicto con el equivocado argumento de desgastar el movimiento de protesta que se orquesta desde algunos medios de comunicación, comprometidos con mostrar todo lo contrario de la realidad colombiana.