Paro de cafeteros

Justo o injusto hoy empieza el paro nacional cafetero, el cual busca reivindicar el cultivo que ha sido la imagen de Colombia por muchos años, y uno de los renglones más importantes de nuestra economía.

El café, hasta hace poco producto insignia nacional, está condenado a desaparecer como consecuencia de la equivocaba política gubernamental, que no está favoreciendo a los pequeños caficultores, sino a un grupo de privilegiados que se están llevando la mayor parte de los recursos económicos.

En nuestras mesas hay muy poco café colombiano, la mayor parte del producto que estamos consumiendo los colombianos proviene de Vietnam y África. La escasa producción colombiana está destinada a abastecer el gusto de consumidores en Europa y los Estados Unidos.

Los pequeños cultivadores pasan por una crisis única en la historia cafetera. El producto está saliendo más caro cultivándolo en Colombia que importándolo. Siembargo, el Gobierno anuncia repetitivamente ayudas económicas para los cafeteros, pero el dinero llega hasta la Federación, donde la distribución no es la mejor.

Es por ello que en Colombia debe darse, de manera urgente y con la participación de los pequeños cultivadores que nunca han sido tenidos en cuenta, un debate sobre nueva política en materia cafetera.

La solución no está en echarles la culpa a los pequeños cultivadores, tal como ha venido sucediendo de parte del Gobierno y la Federación, que en busca de un culpable han señalado a las FARC y al uribismo de haber permeado la organización de la protesta.

Llegó el momento de abordar este asunto, como hace mucho rato debieron hacerlo, con responsabilidad, criterio y, sobre todo, con decisión para favorecer a los pequeños cultivadores y no a los grandes privilegiados.