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NOTA EDITORIAL: LOS PARIAS DE LA JUSTICIA

Diapositiva1Los parias de la justicia

Aberrante y vergonzoso es la corrupción de la justicia en Colombia. Casos donde se venden al mejor postor se han ventilado ante la opinión. Pero en Colombia se olvida fácilmente, y los casos quedan en la impunidad, sin sanción alguna.

Cómo es posible que no suceda nada cuando los medios de comunicación publican grabaciones en las que un «honorable» magistrado esté negociando intervenir a favor de los procesados, especialmente cuando se trata de hechos supremamente graves contra los derechos humanos.

Por vergüenza, el sindicado debería retirarse del cargo, o la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes exigir la suspensión del funcionario, mientras se adelanta la respectiva investigación.

Pero esto solo sucede en Colombia, por cuanto la costumbre de la corrupción se ha tomado todos los sectores del Estado. Por el contrario, a pesar de las graves acusaciones siguen tomando decisiones en los altos cargos sin vergüenza alguna.

Es hora de que el país despierte y exija sanciones drásticas. Cómo es posible que la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes pase por alto todos los «pecadillos» de los altos funcionarios del poder judicial, a cambio de algunos nombramientos.

La justicia debe ser atendida de urgencia para evitar que los castigos solamente recaigan sobre  los humildes, y en la mayoría de los casos hasta inocentes, mientras la delincuencia culpable tiene la oportunidad de «tranzar» y quedar exonerada de toda responsabilidad.

No hay derecho a que el poder judicial en todos sus niveles afronte una podredumbre, cuando sus miembros deben ser un ejemplo para un país, permeado por la mafia en todos los niveles. Pero todo queda en letra muerta.

Sin embargo, es destacable cómo el presidente de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, Wilson Ruíz, procedió, como es su obligación, a llamar al magistrado Henry Villarraga, protagonista del vergonzoso hecho; sin embargo, el citado se abstuvo de asistir a una sala extraordinaria, donde sus compañeros estaban esperando las respectivas explicaciones.

El Consejo Superior de la Judicatura a través de su corta historia ha venido protagonizando hechos de corrupción, que hasta el momento han quedado sin castigo por cuanto la ley ha determinado que su juez sea el Congreso de la República. Es decir, los jueces escogen a los incriminados para los altos cargos, y razón tienen algunos en calificar a ese tribunal por la actuación de algunos de sus magistrados como los parias de la justicia.