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NOTA EDITORIAL: MURIÓ LA SALUD

Editorial PRIMICIAMurió la salud

 

La salud en Colombia hace rato «murió», y nadie quiere reconocer este hecho que afecta a los colombianos. Los hechos hablan por sí solos: la corrupción se tomó ese sector con la complacencia de las autoridades, el Legislativo y, en muchas ocasiones, con la complicidad del poder judicial.

 

La salud ha «fallecido» después de tocar fondo, como consecuencia del desastroso manejo por parte de los políticos. La salud fue utilizada para enriquecer los corruptos bolsillos de quienes sin piedad alguna contribuyeron a la muerte de muchos compatriotas.

 

Todo el sector de la salud colapsó, porque se legisló en favor de unas empresas de salud que además de enriquecerse con los bienes de todos quebraron el sistema hospitalario al negarse a pagarlos servicios que recibieron de los hospitales públicos.

 

La salud juega un papel determinante en la politiquería, Desde ese sector se financian las curules de varios de los corruptos congresistas, gobernadores, alcaldes, diputados y concejales a lo largo y ancho del país.

 

Las gentes de bien y contribuyentes del sistema no tienen derecho alguno, por cuanto la corrupción se los niega. Los famosos paseos de la muerte, la entrega de medicamentos baratos que no cumplen ninguna función y por el contrario agravan los males de los pacientes.

 

Colombia hoy por hoy es uno de los países para nuestra vergüenza, donde la salud no existe, si no se cuenta con recursos económicos que le permitan pagar una atención médica privada.

 

Cuando el sector se encuentra totalmente quebrado los congresistas en una acción politiquera quieren acabar de sepultar la salud al aceptar en buena parte recursos económicos para el financiamiento de campañas. El Lobby es total en el Congreso. De manera descarada los intereses de las empresas que mataron la salud, quieren seguir «ordeñando» el sector a costa de la vida de los colombianos.

 

Pero lo más triste es conocer que algunos congresistas y funcionarios, alagados por unas dádivas, entreguen lo poco que queda de la salud para que los empresarios del sector sigan en su tarea de enriquecimiento ilícito.

 

Es hora de que se pare tanta ignominia. Los colombianos merecemos respeto. Las autoridades están en la obligación de castigar con todo el peso de la ley a quienes se aprovecharon del sector de la salud para enriquecerse y tomarse el poder por asalto. Además, estos delincuentes deben ser juzgados por delitos de lesa humanidad pues son los culpables de la muerte de miles de compatriotas.