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NOTA EDITORIAL: UN PROPÓSITO NACIONAL

Editorial

Una sociedad que anhela la paz es una sociedad civilizada, que se encamina por el sendero del progreso y el desarrollo. Por ello, la inmensa mayoría de los colombianos estamos de acuerdo en  concretar las bases que permitan consolidar la paz de la cual carecemos desde hace más de medio siglo.

Sin embargo, algunos desadaptados están, en forma abierta, «bombardeando» las iniciativas de paz, en su ciego afán de incrementar la guerra y no permitir a la mayoría de los colombianos tener una posibilidad de paz.

Es por ello que la paz debe ser uno de los objetivos de los colombianos en todos los sectores. La paz contribuirá para lograr que las nuevas generaciones puedan disfrutar de las bondades del progreso y desarrollo.

Los recursos públicos que hoy se invierten en su mayoría en la guerra deben servir para educar a un pueblo sediento de conocimientos. Este primer cambio traerá progreso y desarrollo a través de una nueva generación que podrá transmitir sus conocimientos y enseñanzas. Es hora de hacer conciencia de la importancia de la paz.

La paz debe conseguirse con el esfuerzo de todos, pues una paz duradera se hace cuando haya sinceridad de las partes. La gente está cansada de la guerra, sufrimiento, miseria, dolor y muerte que han sido los resultados que hasta la fecha arroja un enfrentamiento fratricida.

Aquí son muy pocos, pero muy poderosos, los que ganan con la guerra y la sangre de los colombianos. Esos apátridas son los responsables directos de la violencia que han ocasionado el desplazamiento, la persecución y hasta la muerte de millones de compatriotas.

Es indispensable defender con todo los esfuerzos que se hagan por lograr la paz, pero una paz seria, sin hipocresía y sin traiciones con se ha querido hacer siempre.

La paz se consigue con la participación de todos, no solo con los oportunistas que tratan de beneficiarse de ella para seguir usufrutuando el poder político y económico del país.

Colombia marchará mañana para apoyar los esfuerzos de paz. Gente de todas las condiciones y sectores se pronunciará sobre el anhelo de los colombianos. Vamos a ver si las «aves de mal agüero» logran el primer objetivo que se han trazado, para boicotear todos los caminos que conduzcan a la paz.

La historia de Colombia juzgará la conducta de los buenos y malos colombianos, que tienen que jugar un papel importante con el propósito nacional de buscar a cualquier precio la paz.