Gustavo Niño Mendoza,  el mejor lector de noticias en Colombia

Fred Emiro Núñez Cruz

Editor  Nacional

Primicia

Colombia es un país que se da el lujo de haber parido, y seguirlo haciendo, una miscelánea de voces que se escuchan no solamente en el ámbito local sino también más allá de la fronteras como la BBC de Londres, la voz de América, radio Nederland por citar algunos ejemplos. Locutores que se desempeñan en todas las especialidades existentes.

Gustavo Niño Mendoza, nacido en Tunja, debutó en su ciudad natal a los diecisiete años y desde entonces comenzó a dejar huella marcando un estilo propio que lo catapultó, superando pruebas y luchas, como uno de los mejores de la época hasta la fecha. Se le recuerda por su exquisitez en frecuencias cultas, excelsa voz noticiosa, brillante en la interpretación de comerciales como fino en la concepción de documentales.

Hoy se la juega por sus hijos, está divorciado, es exacto en los horarios, rígido en sus compromisos como crítico de la metamorfosis brusca de los estilos modernos de la radio frente a          quienes fungen como locutores, sobre todo en las FM, aunque advierte sobre el cambio de los tiempos y la generación, los cuales acepta con cierta timidez.

Este boyacense habla bien de todo el mundo, se regocija cuando cuenta su formidable paso por Caracol radio, es admirador como agradecido de Yamid Amat, Darío Arizmendi, Antonio Pardo, Edgar Artunduaga, Fernando Calderón y muchos más; aclaro que frente a Néstor Morales prefiere pasar y no musita palabra alguna.

En radio Melodía se siente feliz, cómodo y con la misma energía de sus inicios con voz fresca, conservada y preferida de las mejores agencias; no esconde que es un fumador empedernido y de vez en cuando saborea unos wiskisillos, expresión muy de él.

Pero no todo ha sido color de rosa para este pensador y poeta; una vez concluyó su ciclo en Caracol tuvo su primer ingreso a la cadena melodía por llamado del ex senador Efraín Páez Espitia, propietario gustoso de las mejores voces.

Pocos meses después Juan Gossaín, director de noticias  RCN requirió de sus servicios profesionales, ahí comenzó el calvario para el niño pródigo del  micrófono, en el que nada tuvo que ver Juan. Resulta que un grupo minúsculo, pero con cierto poder terrenal en la cadena del querido y admirado empresario Carlos Ardila Lule, lo comenzó a incomodar y despreciar hasta anularlo y reducirlo a un rincón del edificio mayor de la gran manzana, con tratos inhumanos de los que estoy seguro, digo yo, no es sabedor el doctor Ardila famoso por sus buenas y finas costumbres con sus colaboradores.

La situación toco fondo y Gustavo Niño salió de la famosa cadena como can de vigilancia; fue tan fuerte lo que afrontó que los días venideros lo llevaron a una casa de reposo, con siquiatra y sicólogo a bordo. El colega no salía de su asombro, se desequilibró y hasta pensó en el suicidio. Pero “JESUCRISTO me sacó del vacío, del hueco y hoy doy todo mi honor y gloria a ese ser supremo”  contó con tono certero este hombre que regresó a la casa Páez Mejía donde disfruta de buena salud y gran bienestar.

Hoy su voz tiene reencauchada bendición de DIOS y quiere seguir sin pareja para evitar “las meras vergüenzas”.  Este es un homenaje a una leyenda viva. Un abrazo y amigos por siempre.

Fredemiro57@hotmail.com