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PESAS Y BALANZAS ¿QUIEN CONTROLA?

el paraiso1Pesas y balanzas ¿Quien controla?

 

Gerney Ríos González

 

Especial para Primicia

 

Mil trescientos años atrás ad.C. La Biblia fue escrita al parecer entre varios autores, entre los cuales el libertador de los israelitas moisés a los que rescató de la dictadura del Faraón y sacó de Egipto para llevarlos a la  Tierra Prometida. La esclavitud fue una de las formas de corrupción que sufrió el pueblo de Dios, según las sagradas leyendas contenidas en el  buen libro, consejero para la vida ordenada.

 

La Biblia del griego biblion, el libro por excelencia, colección de las sagradas escrituras dividida en dos partes: el Antiguo y el Nuevo Testamento. El Antiguo testamento comprende tres grupos de libros: Pentateuco, Profetas, Hagiógrafos, relativos a la religión, historia y costumbres de los judíos. El Nuevo Testamento comprende los cuatro Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas y la Apocalipsis. Durante el reinado de Ptolomeo Filadelfo, fue traducido en griego el Antiguo Testamento por 72 sabios Hebreos. Su traducción es conocida con el nombre de versión de los setenta. En el siglo IV, la Biblia entera, traducida ya del griego conforme a la versión de los setenta,  fue revisada por San  Jerónimo. Dicha traducción latina, reconocida por la iglesia, es la Vulgata.

demonios-emegren-de-tumbasLos monstruos de la corrupción se han tomado la sociedad

Juan Gossain, el periodista – escritor ha descubierto que  la corrupción que padecemos no es cosa nueva en la historia de la Humanidad; parecería que el contenido de La Biblia es copia exacta con relación a los males sociales actuales de la  sociedad;  lo que acontece a diario en ciudades y provincias.

 

En el Levítico-, cuenta Gossain en su crónica de 29 de mayo 2013 – El Tiempo, hay un regaño a los comerciantes tramposos con precios y medidas. Y tal amonestación es tan antigua como las primeras tribus humanas que poblaron la Tierra que conocemos. Dijo  Dios en ese lejano entonces: “No cometerás injusticia en medida de  tierra, ni en medida de comercio, ni en ninguna otra medida. Tendrás pesas justas y medidas exactas. Yo soy tu Dios, el que te sacó de  la esclavitud en Egipto”.

 

¿Cuántos miles son los colombianos tramposos que roban a las familias pobres en sus tiendas y comercios? Vaya uno a  saberlo. No existen controles apropiados en los tiempos que corren para medir la codicia de los dueños de negocios en los cuales se ofrece  la comida especialmente. Los organismos vigilantes de la práctica comercial, no revelan estadísticas sobre sanciones por  especulación. Un producto comestible vale tanto hoy; mañana sube de precio sin autorización oficial. Ahí está el tramposo ejerciendo su maña para llenar sus bolsillos a costa de los humildes.

 

En el libro de Proverbios se habla de comerciantes inescrupulosos, ladrones: “El Señor aborrece las balanzas falsas y le gustan las  pesas exactas”. Oseas profeta de tiempos bíblicos anota: “Canaán maneja una balanza tramposa y estafa a los pobres,”- según el hallazgo de Gossain en la Biblia.

sobornos-Estados-UnidosLa cultura de la corrupción imperante en Colombia hace que por unos cuantos billetes se venda la conciencia.

 

Más adelante se sorprende con la realidad colombiana en el caso de los secuestros económicos, capítulo 10, libro de los Salmos: “El malvado acecha En su escondrijo como el león en su guarida. Acecha al humilde para secuestrarlo, secuestra al humilde y lo lleva a su madriguera”. ¿Cuántos años hace que el secuestro es una espantosa realidad en el país, ejercido criminalmente por los grupos al margen de la ley, bandas  criminales, delincuentes organizados con fines extorsivos? La Biblia registró esta oscura práctica ya ejecutada por humanos siglos atrás. En Colombia se copió al pie de la letra esa denuncia sagrada.

 

Gossain escudriña respecto al soborno y cita al profeta Isaías denunciante 800 años ad.C sobre esta práctica criminal, tan de moda en la corrupción que nos ahoga:” el que camina con justicia y habla lo recto; el que rehúsa la riqueza  obtenida con violencia y sacude su mano rechazando el soborno, ese morará en las alturas. Una fortaleza de rocas será su aposento”.

 

¡Ojo! Funcionarios, jueces, magistrados y fuerza pública: La Biblia los condena hoy tal como aconteció ayer en otras generaciones. Triste condición humana de los mortales corrompidos con el dinero mal habido y recibido, “estiércol del diablo” que calificara Giovanni Papini el filósofo italiano. ¡ojo! Ciudadanos que por la riqueza fácil tuercen el camino del bien en perjuicio y mal del prójimo.

 

Secuestros, sobornos, chantajes, “chanchullos” en los contratos, carteles que negocian con el sector estatal, falsos testigos a quienes magistrados inescrupulosos creen; convenios de la actual justicia que rebaja las penas a criminales “colaboradores” y confesos, magníficas residencias por cárcel a defraudadores de la hacienda pública y son presos de alta sociedad, tal el panorama de Colombia actual, cuya comparación con el contenido sabio de La Biblia ha traído en buena hora el comunicador  Juan Gossain.

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