Un golpe sin precedentes en la historia de Colombia. Los ladrones de cuello blanco se apoderaron de los recursos públicos. Se robaron diez billones
Grupo Investigativo
Primicia
En la larga escala numérica, utilizada tradicionalmente, un billón equivale a 1012, esto es, un millón de millones, es decir, en Bogotá los corruptos, durante el Gobierno de Samuel Moreno Rojas, defraudaron las finanzas públicas en 10.000.000.000.000 de pesos, según los cálculos realizados por algunos organismos de control.
La defraudación más grande en la historia de Colombia es el saqueo realizado a las arcas de los bogotanos, por un cartel de delincuentes que tomó por asalto los dineros públicos.
La astronómica suma ingresó a los bolsillos de por lo menos dos centenares de personas, entre ellas funcionarios estatales, concejales, congresistas, abogados y particulares. El robo, hoy por hoy, es considerado como la mayor defraudación de las finanzas estatales de Colombia.
Los investigadores consideran que la mayor parte del «botín» se encuentra en paraísos fiscales y otra parte en inversiones, propiedades y acción a nombre de un sinnúmero de testaferros. El poco dinero del «carrusel de la contratación», que manejan los afectados por la defraudación, es invertido en abogados, que, con importantes honorarios, defienden a algunos sindicados.
El robo de Bogotá es tan complejo que todos los días se encuentra una nueva puerta que conduce a otro saqueo. La defraudación es tan grande que los investigadores han manifestado que es necesaria la presencia de investigadores internacionales con el FBI, para llegar al fondo del más grande golpe de la delincuencia de cuello blanco en la historia de Colombia.
El exconcejal Carlos Fernando Galán, fue el primero en prender las alarmas sobre el robo de Bogotá.
Revelación
La primera alarma sobre la corrupción en la contratación durante el gobierno de Samuel Moreno Rojas, la dio el entonces concejal Carlos Fernando Galán, quien durante su ejercicio en la corporación pública se dedicó a investigar los rumores que corrían en los pasillos del Concejo y de la Alcaldía de Bogotá. Lo paradójico era que mientras Galán hacía la denuncia, varios concejales de Cambio Radical, por debajo de la mesa, hacían transacciones corruptas y participaban en forma activa en el «cartel de la contracción», según se ha venido a conocer en el marco de las delaciones.
«Todo empezó con rumores sobre quienes, al parecer, manejaban la contratación en varias entidades claves del Distrito: Julio Gómez, Álvaro Dávila, Emilio Tapia, Manuel Sánchez, entre otros.. Un grupo de concejales, al ver que algunos de estos nombres figuraban en contratos, le enviaron una carta pública al alcalde Samuel Moreno, en junio de 2009, pidiéndole que respondiera por la configuración —presunta en ese entonces— de lo que calificaron en la misiva como un «cartel de la contratación».
Poco a poco fuimos descubriendo que el adjetivo «presunta» estaba de más. En marzo de 2010 denuncié cómo el IDU había reducido los requisitos para que los contratistas de la fase 3 de Transmilenio accedieran a los anticipos. Entre esos contratistas, claro, estaban los Nule. Fue, precisamente, por esa vía, y gracias a ese cambio, que los miembros del cartel se hicieron a algunas de las mordidas», sostiene el primer denunciante de la mayor defraudación en la historia de Bogotá, Carlos Fernando Galán.
En la pasada campaña a la Alcaldía de Bogotá los concejales que apoyaron al hoy alcalde Petro, produjeron un documento donde también señalaban a la Administración Moreno Rojas como responsable de corrupción. Con este informe, presentado de manera impecable en materia de comunicación, Petro fue considerado por la ciudadanía como la persona que destapó la «olla de la corrupción», sin haber sido él, sino el concejal Galán, a quien le falló la forma de comunicar a pesar de haber ejercido el periodismo. El informe de Petro y sus amigos fue determinante para ganar las elecciones, por cuanto la ciudadanía estaba cansada de la descarada corrupción en el Distrito.
El robo de Bogotá es tan complejo que todos los días se encuentra una nueva puerta que conduce a otro saqueo. La defraudación es tan grande que los investigadores han manifestado que es necesaria la presencia de investigadores internacionales, con el FBI a la cabeza, para llegar al fondo del más grande golpe de la delincuencia de cuello blanco en la historia de Colombia.
El Fiscal Eduardo Montealegre ha demostrado seriedad y proyecta llegar al fondo para establecer la identidad de todos los responsables de la mega defraudación
Investigación
La Fiscalía General de la Nación ha demostrado que cuando se asume de manera seria una investigación arroja los resultados necesarios, para establecer los culpables de un hecho ilícito. Esto está sucediendo con el robo de Bogotá, donde se ha podido desenredar la maraña de la actividad delincuencial, que trató de ocultar el ilícito para que nunca se supiera la verdad.
Se habla de dos centenares de personas comprometidas con el robo de Bogotá, el más grande de los golpes que ha realizado la delincuencia de cuello blanco. La corrupción alcanzó niveles sin precedencia en la historia de los casi 500 años de vida de la capital de la república.
Muchas ratas los politiqueros. Deberían coartarles las manos por lo menos, pero seguro que roban con los pies
Protesto porque me siento robado por unos delincuentes chupasangre.
Y pensar que ésto ocurre en todo el país y seguimos votando por los mismos sinvergüenzas. En la famosa reforma a la justicia en la cual están complicados Santos, magistrados y todo el congreso a excepción de Miguel Gómez y Juan Carlos Vélez que votaron en contra ,el robo también iba a producirse. Próximas elecciones votar en Blanco por presidente, congreso, asambleas y consejos a ver que se inventan.También los «H» magistrados deberían ser elegidos por voto popular para acabar con las trapisondas.