La bailarina argentina Silvia Beatriz Gette Ponce, llegó a Barranquilla, se hizo rectora de la Universidad Autónoma del Caribe y ahora es llamada a responder por la autoría intelectual de varios crímenes 

La historia de la argentina Silvia Beatriz Gette Ponce, de confirmarse, podría llegar a convertirse en el argumento de uno de los culebrones colombianos más exitosos. Partió hace 25 años a Barranquilla, Colombia, como una experta bailarina de flamenco. Rápidamente logró enamorar y convertirse en esposa de Mario Ceballos Araujo, un ex juez y fundador de de la Universidad Autónoma del Caribe. Dejó las tablas, terminó el secundario, estudió derecho y tras la muerte de su marido logró convertirse en la rectora de la prestigiosa casa de estudios. Cuando todo parecía haber salido a la perfección, algo falló.

En el marco del proceso de desmovilización de los paramilitares, uno de los jefes, “Don Antonio”, reveló que la “señora Gette” lo habría contratado por 80.000 dólares para matar en agosto del 2003 a su yerno, el profesor y empresario ganadero Fernando Cepeda, quien fue asesinado por sicarios. El “contrato” también incluía el pedido de muerte de María Paulina Ceballos, su hijastra, hoy convertida en su principal acusadora. El móvil habría sido la ambición para apoderarse de la universidad.

Todo comenzó con el repentino ascenso de Gette: al convertirse en “coordinadora artística” de la prestigiosa casa de estudios, comenzó una campaña de panfletos y pasacalles en su contra. La ex bailarina judicializó el tema y acusó a su hijastra y a su yerno de ser los autores. En 1995 un juez ordenó la captura de la pareja, que tras mantenerse prófuga terminó absuelta y decidió iniciar la contraofensiva. Una serie de denuncias penales dejó a Gette con prisión domiciliaria, hasta que quedó libre de cargos. Pero su abogado, John Ramírez Vásquez, denunció en 1999 que la ex bailarina lo obligó a sobornar a funcionarios judiciales con fondos universitarios para complicar a su hijastra y el marido. En agosto del 2002 no pudo seguir atestiguando en contra de la argentina Silvia Gette porque fue asesinado por sicarios en plena calle de Barranquilla. Apenas ocurrió esto, su yerno Fernando Cepeda siguió con las investigaciones, hasta que en agosto del año siguiente fue también asesinado por sicarios.

Casualmente, tan sólo dos meses después del asesinato del marido de su hijastra, en octubre del 2003 murió Mario Ceballos Araujo, el marido de Gette, lo que le dejó el camino libre y la convirtió en rectora de la Universidad Autónoma del Caribe. Hoy el abogado de María Paulina pidió la exhumación del cuerpo de su padre porque acusa a Silvia Gette de haberlo envenenado.

A estas acusaciones se suma la denuncia de Antonio Vallejo Morales, ex vicerrector de la Universidad Autónoma del Caribe y mano derecha de Mario Ceballos, quien acusó a Gette de perseguirlo y alejarlo de la casa de estudios con denuncias falsas en la Justicia, de las que quedó absuelto.

Si la Justicia colombiana la encuentra culpable de haber contratado sicarios para matar a su yerno, intentar matar a su hijastra y mandar asesinar a su ex abogado, sumado al probable envenenamiento de su marido, Silvia Gette podría convertirse en la protagonista obligada de un culebrón que bien podría llegar a Hollywood.

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