Carlos Alberto Ante Ospina
Columnista Primicia
El concepto de valor compartido es una nueva propuesta estratégica que busca superar el modelo tradicional de responsabilidad social empresarial y su desdibujado concepto filantrópico. Esta propuesta se basa en que todo producto o servicio tiene un impacto sobre una necesidad de la comunidad, por lo tanto las compañías deben redefinir sus productos y sus cadenas de valor con el fin de también satisfacer esas necesidades sociales y al mismo tiempo generar mayores utilidades para ellas.
Según Porter «crear valor compartido nos da un propósito, nos dice por qué somos importantes. No dice que no deberíamos ser capitalistas. Dice que ser capitalista es diferente de lo que pensábamos. Si hacemos negocios de la manera adecuada, los negocios serán respetados en la sociedad, de una manera que nunca hemos visto; no es solo ser eficiente o socialmente responsable, hay que crear valor agregado siendo conscientes de que se es parte integral de una sociedad sin la cual no podría crecer mi negocio.
«En la creación de valor compartido es necesario analizar las necesidades de los clientes, los productos y los mercados con una mirada más amplia, involucrando factores de gran incidencia como son los impactos sociales, ambientales y económicos que rodean a las organizaciones, con el fin que todas las acciones que se desarrollen en este modelo puedan responder tanto a las necesidades de la propias organizaciones como a las de toda la comunidad de las que hacen parte, para de esta manera convertirse en organizaciones con un modelo estructurado de sostenibilidad »,.
Michael Porter añade que «todos los problemas sociales representan oportunidades de mercadeo gigantes», lo cual brinda un espacio de acción muy amplio para la participación de empresas privadas en programas que beneficien a las comunidades en las que se desempeñan. Son las opciones de comunión entre lo público y lo privado, el adelgazamiento de la distancia entre el ánimo o no del lucro.
El CVC reconoce que las necesidades sociales, y no solo las económicas convencionales, son las que realmente definen los mercados. Las debilidades de la sociedad suelen crear costos ocultos para las empresas. No se trata de «compartir» o «redistribuir», sino de expandir la torta del valor económico y social. Son, entonces, el conjunto de políticas y prácticas operacionales que mejoran la competitividad de la empresa, a la vez que ayudan a mejorar las condiciones económicas y sociales de las comunidades donde opera.
De otro lado, consideramos que el novísimo concepto de valor compartido (CVC), es preferente y potencialmente aplicable a organizaciones globales muy grandes o a locales muy chicas, para que sea operativo y eficiente, luego no lo vemos como un auténtico sucedáneo de la RSE. Tendrá que construirse su propio camino con base en las experiencias y validaciones empíricas.
Felicitaciones al columnista, me parece un escrito con profundidad y sobre todo bien comunicado para que pueda ser entendido por todos. Hace rato que no encontraba en la prensa un artículo de estas calidades y cualidades
Estoy de acuerdo con María Fernanda. Yo estudio economía y buscaba datos y solo los encuentro en este escrito