Por: Armando Martí (Miembro de la SIP) y Catherine Rodriguez (Miembro de la ACP)
La Mesa de Trabajo Permanente de las distintas asociaciones que conforman el Cuerpo de Oficiales de la Reserva Activa de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional, ratifica y respalda solidariamente el pronunciamiento expedido por la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las FF.MM. ACORE el pasado 31 de Mayo , en relación con un lesivo y humillante mensaje de propaganda electoral por parte de la actual campaña del señor candidato presidente a la primera magistratura de la nación.
La inexplicable participación presidencial en condición de Comandante en Jefe de nuestras Fuerzas militares y de la Policía Nacional en la elaboración y producción de este mensaje, no es otra cosa que una clara demostración de irrespeto a los grandes valores que rigen lo más íntimo de nuestra institucionalidad.
Nuestros combatientes no van a la guerra caprichosamente. Cuando lo hacen, es sencillamente por mandato constitucional. Este mandato nunca es o puede ser de carácter opcional. La ley sanciona cualquier tipo de desacato en tal sentido.
Igualmente rechazamos la propuesta publica hecha por la campaña para la reelección presidencial por un miembro de esta coalición política, en el sentido de incorporar eventualmente terroristas desmovilizados como parte de nuestro Ejército Nacional, tal como ocurrió en la República del Salvador, en donde las circunstancias de negociación con los movimientos terroristas, fueron muy diferentes al caso colombiano. En ese país la guerra si estaba totalmente perdida por parte del Estado. Este no es nuestro caso y bajo ninguna circunstancia aceptaremos una capitulación como si hubiéramos sido derrotados por las organizaciones criminales que nos asechan.
También consideramos inexplicable el anuncio conocido en el día de hoy de acabar con el servicio militar obligatorio, lo cual en otros términos, significa la reducción del pie de fuerza del Ejército Nacional en algo más de cien mil combatientes. De ser así, deberían reemplazarse por soldados profesionales a un costo altísimo para el presupuesto nacional. Si en este cuatrienio no hubo recursos suficientes para cubrir el déficit presupuestal que tiene actualmente las Fuerzas Militares respecto a los servicios de salud, ni tampoco para atender las múltiples demandas salariales a que ha sido condenada la nación, no vemos con claridad la forma como será manejado este nuevo compromiso de alto costo para el tesoro nacional. Desde nuestro punto de vista, consideramos que todo esto no es otra cosa que una “demagogia de carácter electoral”.
Tampoco aceptamos el anuncio hecho por parte del jefe máximo de la organización terrorista Farc en el sentido de que “solo entregaran las armas si se les entrega el poder”. Lo que aquí se expresa en forma desafiante, hay que entenderlo como una falta total de voluntad para negociar este proceso y en estas circunstancias, sería razón suficiente para que el gobierno retirara de inmediato a sus negociadores de la mesa de conversaciones en la Habana.
ALLI ESTAN PINTADOS LOS PARAMILITARES