Diagnosticado el cáncer en julio de 2013, fue remitida días después al otorrino, quien le sugirió practicarse exámenes prequirúrgicos e ingresar cuanto antes al quirófano para eludir el riesgo en que se encontraba su vida. Aproximadamente un año después, el especialista diagnosticó que su enfermedad había hecho metástasis ganglionar en varias zonas del cuello, producto de la dilación del tratamiento y la falta de atención prioritaria y oportuna que requería.

El oncólogo programó entonces una cirugía para el 2 de febrero de 2015, es decir siete meses después, indicando que la intervención era prioritaria. Luego de este tiempo, y tras haberse realizado todos los exámenes requeridos, tratamientos exigidos, citas médicas trasladadas y cirugías programadas, la EPS nuevamente pospuso su intervención quirúrgica y la programó para el 22 de julio de 2015, tiempo en el que ya habrían pasado dos años después de que acudió por atención al médico la primera vez.

María Isabel acudió entonces a la Personería de Bogotá para solicitar la ayuda del grupo PAS (Personería para Atención en Salud), en su propósito de lograr que la EPS realizara cuanto antes los procedimientos que requería y fijara la fecha más inmediata posible para su intervención quirúrgica.

Adicionalmente, María Isabel refiere que debido al periodo que transcurrió en el proceso de citas canceladas, exámenes y cirugías postergadas, perdió un tiempo que considera vital para trabajar y dedicarse a sostener a su familia, pues es cabeza de hogar y única responsable de un hijo que padece de retraso mental, a quien no le ha podido brindar la atención necesaria en sus tratamientos.

 María Isabel acudió entonces a la Personería de Bogotá para solicitar la ayuda del grupo PAS (Personería para Atención en Salud), en su propósito de lograr que la EPS realizara cuanto antes los procedimientos que requería y fijara la fecha más inmediata posible para su intervención quirúrgica.