Opinión

Gerney Ríos González: El Gran Graduado

GerneGerney Ríos González lleva años en el edificio de su propiedad puesto a disposición de la ciudadanía desde 1995 habiendo graduado a 150 mil personas en más de un centenar de especialidades que tienen que ver con el mundo moderno duro, sagaz y competitivo  y, en el cual, solo triunfan los que se preparan adecuadamente para permanecer vivos como en el Coliseo Romano

 

Pablo Parra

Columnista

Tuve el honor  -inmerecido como debe decirse, según Carreño – de rubricar en forma oral  la última graduación del Instituto educación sin ánimo de lucro inventado, sostenido y protegido de los chacales de la educación por Gerney Ríos González.

En tal altar de la patria (en serio, no es un chiste) se imparten cátedras libres avaladas por Diplomados legales y presentables en cualquier centro  laboral o de educación superior en su condición de educación para el trabajo, las artes, la ciencia y la cultura a personas adultas que después de una dura jornada le quitan horas al sueño y la seguridad ciudadana al atreverse a andar de noche por la Bogotá inhumana – la real, no la de Petromentirillas – cuando regresan de sus estudios apenas  con lo del bus y sin haber tenido que pagar ni un centavo por educarse en estudios superiores, cuestión que ha transformado la vida de miles de colombianos no sólo en Bogotá sino en una impresionante cantidad de ciudades en diversas regiones del país.

Gerney Ríos González lleva años en el edificio de su propiedad puesto a disposición de la ciudadanía desde 1995 habiendo graduado a 150 mil personas en más de un centenar de especialidades que tienen que ver con el mundo moderno duro, sagaz y competitivo  y, en el cual, solo triunfan los que se preparan adecuadamente para permanecer vivos como en el Coliseo Romano todavía funcionando a todo vapor desde Roma con Francisco El Hombre, Ché, próximo a ser jubilado en vida (¿o quién quita….).

Tal es la dura lid en que se ha transformando la simple subsistencia en el marco de una sociedad cada  vez más difícil, competitiva en el peor de los términos; e, incomprensible en el contexto general del sistema capitalista salvaje, tanto que no la entendería ni siquiera Mandrake con su secretario Lotario.

En esa estábamos cuando recibimos la triste noticia de la muerte de Rodolfo Martínez Tono otro titán de la educación popular y quien fundara el SENA  inmediatamente de la salida intempestiva del General Gustavo Rojas Pinilla y sus desalmadas descendencias que vienen esquilmando a la Nación desde los chanchullos de Samuel Moreno Díaz con la naciente televisión colombiana con la cual hizo el plante de la fortuna familiar mal habida hasta los puentes de la 26 (26 hecha por el abuelo y el papá ladrón con escándalos bastante similares en la época respectiva) Samuel hijo, la capitana de  la corrupción y su hermano (a )- de admirable-quienes le giran a Samuel padre que todavía hace de tesorero familiar en Miami porque desde la cárcel los inculpados siguen cobrando los peajes de su fechorías (también los Nule y los Char a  quienes no le han pasado ni una infracción de tránsito); y,  de la cual Clarita López jamás se percató a pesar de ser la Secretaria General (pierde batallas) del Gran Ladrón y teniendo en cuenta que secretaria viene de secreto….

El SENA en sus mejores tiempos fue calificado por las Selecciones del  Reader’s Digest como la institución educacional para el trabajo – ideada de pe a pa  por Rodolfo Martínez Tono- como la más grande del mundo incluida una de  la Unión Soviética que era la segunda y, que yo recuerde, nadie le rindió un homenaje significativo al gran educador;  y, su reciente desaparición, fue reseñada en forma laxa por los periódicos de propiedad de los grandes magnates que sólo publicitan enmascaradas en supuestas crónica y noticias las ofertas cazabobos de sus empresas de papel para que la gente se meta en la pirámide bancario-financiera  de captar el pobre ahorro de los pobres, ayudados con eficacia por tiburones gringos, españoles y chilenos y otros aventureros del colosal lavado de dólares del narcotráfico por la red y las importaciones venidas a menos del costo en las grandes cadenas de almacenes de los chilenos.

Los logros del SENA, hasta que fuera politizada y descuartizada por los políticos furibistas, no fueron de poca monta y – hoy por hoy – aparece  apenas como un triste remedo de lo que ideó Martínez Tono, salvo algunas espacialidades agropecuarias y hotelería y turismo. El resto,  pocón, pocón…

Pero regresemos a lo positivo: Gerney Ríos González genera sentimientos de distinta índole. El aprecio, el amor y el agradecimiento de los beneficiados y sus familiares que en conjunto bien puede pasar del millón de personas y la envidia de los profesionales de la envidia en la capital mundial de la envidia que es Colombia, por desgracia.

Sus detractores lo acusan de pertenecer a todas las instituciones   secretas habidas y  con quienes ha amasado fortunas tan grandes – dicen y agregan –  que le hacen préstamos con frecuencia a Salmán bin Abdulaziz, el rey de Arabia Saudita para ayudarlo a pasar la baja en el precio del petróleo ideada salvajemente por los norteamericanos para arrodillar a Rusia, China, Venezuela, Ecuador, Bolivia y otros loquillos sueltos, terroristas agazapados según el negrito domesticado.

Ninguno de los más de 200 mil graduados y sus familias millonarias en cantidad  avalan semejante estupidez,  y yo sé porque lo digo además, después de verlo poner a disposición de los sin fortuna pero con ganas de aprender no sólo su patrimonio sino su sueldo obtenido en otra institución educacional para poder mantener la gratiniana institución heroica; acabar con su carro, sus necesidades de sueño y descanso; y, lo que ya es grave, restándole su presencia a la familia que con un gran esfuerzo lo apoya  las pocas veces que lo ven pero entienden que eso les tocó en la ruleta benigna de la vida y la aceptan con estoicismo.

La ceremonia en sí habida en junio de 2015 fue emocionante, alegre, positiva  con gente echada para adelante  compuesta en tal ocasión por más de  doscientas personas adultas de diferentes edades trabajos y profesiones que están listas para comerse al mundo porque Gerney Ríos González levante muertos con su sabiduría, su simpatía y su conocimiento profundo de todos los temas que ha abordado en 27 libros publicados  aparte de miles de artículos, crónicas y reportajes yo no sé a qué horas. Lo sentí como el Gran Graduado del amor a sus semejantes.

Gerney Ríos González ha sido condecorado por la Unión Europea y otro centenar de instituciones  internacionales de diversa índole con todos los honores y títulos que sea posible o casi imposible de imaginar y, por supuesto, ninguno por parte de su Patria que ama, venera y defiende casi que con locura. Pero así es la vida amigazo hoy día nos sonríe la fortuna y mañana nos pega un guascazo como decía el genial Martín Fierro.

Levanto mi copa imaginaria como diría – a su vez – mi primo Nicanor Parra con cien años vividos a sus espaldas, candidato al Premio Nobel de Literatura – con poesía, caso insólito – y con el cual el país austral completaría tres en tal especialidad, cuestión tan increíble como la obra, vida y milagros de Gerney Ríos González, para mí, el hombre más admirable que tiene el país colombiano dueño de un modestia  bastante parecida a la de Mandela, otro grande de la humanidad porque, por naturaleza, eso son los menos y son muy pocos y quizás por fortuna para poder hablar bien de ellos – como en efecto se lo merecen – en buena extensión y con toda propiedad como lo acabo de hacer. Gracias.

gerne1Gerney Ríos González genera sentimientos de distinta índole. El aprecio, el amor y el agradecimiento de los beneficiados y sus familiares que en conjunto bien puede pasar del millón de personas y la envidia de los profesionales de la envidia.