Gerardo y Emiliano asesinados y con señales de tortura en la estación de policía de Guachené. Según informaciones de la policía, los cuerpos de Gerardo y Emiliano fueron encontrados en medio de los cañaduzales entre las veredas Pilamo y campo llanito del municipio de Guachené.
Darío Patiño
Santander de Quilichao
primiciadiario.com
En la vía más militarizada del norte del Cauca, entre los municipios de Santander de Quilichao, Caloto y Corinto, se presentan el mayor número de desapariciones y asesinatos. En ese lugar fueron desaparecidos los indígenas Emiliano Silva y Gerardo Velasco, comuneros del resguardo de Tóez Caloto. Los aborígenes se desempeñaban como corteros de caña y como de costumbre, se dirigieron al municipio de Santander de Quilichao a cobrar el pago de su trabajo y a comprar el mercado.
Gerardo estaba acompañado de su esposa, ella se regresó a Tóez hacia las 5 de la tarde. Gerardo se quedó en compañía de Emiliano y hacia las siete de la noche Emiliano y Gerardo fueron vistos en Caloto tomando cerveza, a las once de la noche sacaron la moto del parqueadero y manifestaron que se dirigían hacia su lugar de residencia en el resguardo de Tóez.
Emiliano y Gerardo nunca llegaron a su casa, sus familiares pensaron que se habían quedado en alguna fiesta, los estuvieron buscando pero no los encontraron. Avisaron al cabildo de Tóez, la autoridad tradicional convoco a la guardia indígena y los cabildos cercanos de Caloto y López adentro, fueron alertados e iniciaron la búsqueda por los alrededores. Los familiares, la comunidad y la autoridad tradicional de Tóez Caloto, localizaron a Gerardo y Emiliano asesinados y con señales de tortura en la estación de policía de Guachené. Según informaciones de la policía, los cuerpos de Gerardo y Emiliano fueron encontrados en medio de los cañaduzales entre las veredas Pilamo y campo llanito del municipio de Guachené.
En lamentables hechos ocurren a menos de una semana de haber circulado un panfleto firmado por las «águilas negras», a través del cual anuncian las mal llamadas limpiezas en los municipios de Guachené y Caloto. Estas amenazas son el pretexto de una guerra declarada contra las comunidades Emiliano Silva y Gerardo Velasco se desempeñaban como corteros de caña y no tenían ningún problema en la comunidad ni fuera de ella, tampoco amenazas de ninguna clase. Manifiesta la autoridad indígena de Tóez Caloto.
Que estos hechos ocurran en el sector más militarizado del norte del cauca, demanda responsabilidad de la fuerza pública, ya que entre el municipio de Caloto y el resguardo de Tóez, se encuentra el puesto de policía ubicado en el casco urbano de Caloto y a la salida del municipio por donde debieron transitar Gerardo y Emiliano para regresar a su casa, se encuentra un retén del ejército nacional y toda la vía es patrullada permanentemente. Estos hechos dejan mucho que pensar del accionar de la fuerza pública en los territorios. Menciono el gobernador del cabildo indígena de Tóez Caloto.
Dentro de los acuerdos que negocian quienes hacen la guerra, no existen garantías reales para protección de la vida y la integridad de la población civil y los pueblos indígenas, no vemos la diferencia entre la guerra y el pos conflicto, pues en las comunidades nos siguen amenazando de manera selectiva y asesinando; más bien vemos como se está gestando una estrategia de persecución y muerte contra los pueblos a través de la consolidación de las llamadas BACRIM, financiadas por los empresarios y bajo la permisividad del gobierno.
La autoridad tradicional del resguardo de Tóez Caloto, hizo un llamado a toda la comunidad y las autoridades tradicionales a unir esfuerzos, para continuar fortaleciendo la estrategia de control territorial y la defensa de la vida de las comunidades.