La  Policía -en coordinación con el CTI de la Fiscalía-deben investigar para  que esclarezcan, de una vez por todas quiénes segaron la vida de estos niños, porque al  parecer, en el país de Caín y Abel matar niños, se ha convertido en el deporte favorito de las bestias humanas.

John Tenorio

Palmira

primiciadiario.com

El director de la Policía Nacional, el general Rodolfo Palomino, está promoviendo una marcha -similar a la que ya se hizo en el Caquetá- en defensa de los niños.  Dice el oficial que es necesario salir a la calle para protestar contra los violentos, que acaban con la vida de los menores, como los tres del Chocó, los dos de Arauca y los cuatro del Caquetá.

Con todo respeto, me gustaría sugerirle al señor director de la Policía que en lugar de marchas, lo que se debe hacer es que la Policía -en coordinación con el CTI de la Fiscalía- le marche a la investigación. Y que esclarezcan, de una vez por todas quiénes segaron la vida de estos niños, porque al  parecer, en el país de Caín y Abel matar niños, se ha convertido en el deporte favorito de las bestias humanas.

Son los menores los que pagan el pato por un marido celoso, un disputa de familia, una pelea por tierras y hasta por ser hinca de un equipo de fútbol.  Mientras esto sucede, el Defensor del Pueblo Jorge Armando Otálora, clama desde Bogotá que -además de la solidaridad que debería tener la ciudadanía frente a los actos de violencia contra los menores y  la frecuencia con la cual se están presentando estos hechos en el país-  se debería crear un grupo élite que se encargue de prevenir, investigar y sancionar los hechos.

Listo que haya marchas, que se creen más grupos élites como cuando perseguían a Pablo Escobar o a los carteles dela droga, pero que haya acción y que se prevengan estos hechos cuando haya denuncias de amenazas contra los niños. Pregunto: ¿Qué hubiera pasado si en lugar de haber sido en Florencia, el asesinato de los niños se comete en un barrio de Bogotá? Respuesta inmediata: La gran prensa bogotana ya hubiera presionado lo suficiente para que cayeran los asesinos. Y seguramente todos le marcharían a la investigación.