«Recuerdo que el líder cubano se refería a sus anécdotas de juventud, especialmente cuando tuvo la oportunidad de visitar Colombia para la realización de un congreso de jóvenes el 9 de abril de 1948».
Víctor Hugo Lucero Montenegro
Primicia Diario
Durante el ejercicio periodístico tuve, en varias ocasiones, la oportunidad de tratar a Fidel Castro, en diferentes escenarios. La primera de ella fue cuando llegó a Bogotá, durante el gobierno del entonces presidente César Gaviria Trujillo, para asistir a la posesión del presidente Ernesto Samper Pizano. Aquella vez yo hacía parte del equipo de prensa de la Presidencia de la Republica, y fui comisionado para prestar toda la asesoría de comunicaciones a la delegación cubana, encabezada por Fidel Castro.
La sede de la delegación fue establecida en el Hotel XXX, en donde se montó y se coordinó la actividad que los cubanos desarrollarían en Colombia.
El jefe de Estado cubano, tras su llegada a Bogotá, se reunió con sus colaboradores y con el grupo de Presidencia de Colombia; se trataron diversos aspectos de logística y de información.
Recuerdo que el líder cubano se refería a sus anécdotas de juventud, especialmente cuando tuvo la oportunidad de visitar Colombia para la realización de un congreso de jóvenes el 9 de abril de 1948. Esa fue una fecha que marcó a Castro, y sobre el particular nos dijo: «El día 9 de abril salimos del hotel donde nos hospedábamos, para recorrer la ciudad, antes de almorzar, y a la espera de la entrevista que tendríamos por la tarde. Eran como las 11:00 de la mañana, aproximadamente, cuando gentes como enloquecidas comenzaron a correr por las calles repletas de público; gritaban con ojos de indescriptible asombro: «¡Mataron a Gaitán! ¡Mataron a Gaitán! y la noticia se esparció como un reguero de pólvora por todo Bogotá».
Castro dijo aquel día que en alguna ocasión pensó en quedarse a vivir en Colombia, para luchar al lado del pueblo, que se había levantado contra el sistema; pero su compromiso era grande con Cuba, por ello retornó a la isla.
Luego, tuve la oportunidad de tratarlo en la Cumbre Iberoamericana de Bariloche, en territorio argentino, en octubre de 1995, adonde llegamos los delegados del Gobierno colombiano, con unos seis días de anticipación; era una «avanzada» para organizar los distintos actos en los que participaría el presidente Samper.
Fidel Castro, por la cantidad de personas en su comitiva (tres aviones de Cubana de Aviación llenos), determinó alquilar el Hotel Panamericano, en el casco urbano de Bariloche, mientras que los otros mandatarios se hospedaban en el Hotel Llao Llao, en la zona rural de esa población argentina.
Fidel Castro, sin lugar a dudas, era la estrella de ese encuentro iberoamericano, junto con el rey Juan Carlos de España. Toda la prensa presente buscaba por todas las formas entrevistar al jefe de Estado cubano, pero él se negaba argumentando que deberían entrevistar a los otros presidentes. Entre los reporteros persistentes se destacaban las periodistas colombianas de los noticieros Q.A:P y CM& fueron tan perseverantes que le enviaron un mensaje contundente conmigo a Fidel Castro, pues yo tenía la oportunidad de estar al lado de los jefes del Estado. Sin embargo, Fidel volvió a negarse. Las periodistas lo esperaron, entonces, a la salida, hasta que al fin lo convencieron; esas fueron las únicas declaraciones de líder cubano a la prensa en Bariloche.
Ese fue el líder cubano, Fidel Castro, que tuve la oportunidad de conocer en diversos escenarios.