Noticias, TOP

Ejercito Nacional: SOLDADOS DE LA PAZ

ejercito-colomEl  Ejército Nacional  durante más de 200 años ha jugado papel protagónico en los procesos de consolidación democrática; ha vivido y sentido nuestro país y quiere cumplir sus funciones constitucionales en el contexto nacional y mundial que fluctúa a velocidades vertiginosas.

 

 

 

 

 

Gerney Ríos González

Presidente Academia Colombiana de Internacionalistas

 

El importante papel de las Fuerzas Militares y de Policía, y en especial del Ejército Nacional en la búsqueda de una armonía estable y duradera, hace parte del compromiso desde el primer soldado hasta el último, siendo la organización constitucional más grande y antigua de la Patria, la cual, ahora será el ejército socialmente productivo, eje de la reconciliación, desarrollo estructural e integración.

Es la institución republicana que durante más de 200 años ha jugado papel protagónico en los procesos de consolidación democrática; ha vivido y sentido nuestro país y quiere cumplir sus funciones constitucionales en el contexto nacional y mundial que fluctúa a velocidades vertiginosas.

Alcanzar la paz no es contradictorio con ser comando o ser soldado, porque las Fuerzas Militares son disciplinadas, fuertes y serias. Su origen constitucional, su prestigio y su credibilidad no pueden traicionar el mandato de ser garantes de la paz, ser pilares y artífices del posconflicto.

Los soldados colombianos son coherentes con el patriotismo consecuente, conductores en la dinamización de una patria justa, equitativa que puede ser el hábitat sano de las generaciones por venir. Patria humana, laboriosa, fecunda, honesta, digna, solidaria, honrada, con pronta y cumplida justicia. Integrantes de un Ejército enmarcado en la consigna de mi autoría: «En esta obra está plasmada con brillantez y sencillez geniales la nueva concepción de la juventud colombiana: el patriotismo consecuente con un Ejército Socialmente Productivo», materializada en bronce en la Escuela de Infantería, desde el 14 de diciembre de 1975, por motivación expresa del entonces coronel Nelson Mejía Henao.

Las FARC pueden esperar un Ejército en la cima moral. Será garante de su seguridad en la entrega de las armas, su desmovilización y su lealtad para con los compromisos que adquieren con el Gobierno y en particular, con todos los colombianos. Argumento contundente del general Alberto Mejía Ferrero, un militar estructurado para la paz y el posconflicto, quien es valorado por la comunidad internacional por cumplir al pie de la letra los protocolos en situaciones específicas, consagrados en el frontispicio de la Carta Fundacional de la Unión Europea para sus miembros y su cooperación exterior, el respeto de los Derechos Humanos, la democracia como forma de gobierno y la fortaleza del Estado de Derecho, norma de conducta de todas las naciones, valores compartidos con Colombia.

Prospectivamente el jurista español, Fernando Cardesa García, Jefe de Misión y Embajador Plenipotenciario de la Unión Europea, líder de paz, refiriéndose al general Mejía Ferrero, afirmaba: «Destaco su liderazgo en promover, fortalecer y consolidar el respeto y la garantía de los Derechos Humanos en Colombia»

El Ejército Nacional, además de fortalecerse en el desempeño de las funciones que cumple en seguridad y defensa, debe estructurarse para enfrentar nuevos retos derivados de la minería ilegal, la economía subterránea, bandas criminales, la proliferación de armas ligeras y pequeñas, la atención de desastres y situaciones de crisis, y los riesgos cibernéticos, entre otros. El plan de transformación que está desarrollando surgió en 2012. Su objetivo es empoderar a la institución para enfrentar los desafíos de la sociedad compleja e interconectada del presente. Este designio se inicia con la cultura institucional y se extiende al manejo de todos los recursos.

El Ejército Nacional Socialmente Productivo, quiere convertirse en un organismo de hombres y mujeres especialistas, que desplieguen todo su potencial para apoyar el progreso nacional e integrador de vocaciones geologísticas y estratégicas con la enseña que la tierra es para quienes la trabajan y la ponen a producir con sentido comunitario, articulador y constructor de vías terciarias, beneficiarias de nuestros campesinos, auténticos productores de alimentos, en la dinámica de transformar a Colombia en despensa mundial de alimentos. Una fuerza profesional multimisional, que emplee de forma racional sus capacidades y recursos; una fuerza exitosa en el escenario de operaciones, pero a la vez más abierta a la sociedad; íntegra, eficaz, eficiente, efectiva, productiva y competitiva, tanto en su actuar individual como en las acciones mancomunadas junto con otras fuerzas, organismos gubernamentales y el pueblo en general. La experiencia sin duda puede contribuir a la paz y a la seguridad regional e internacional.

Para el posconflicto, el Ejército será aún más fuerte, moderno, especializado, eficiente y ético. Capaz de cumplir variadas responsabilidades, roles y misiones. Preparado para la consolidación de la reconciliación y el desarrollo del país. Fuerte en la lucha contra las amenazas, tradicionales y nuevas. Hábil para articular su acción con otros actores gubernamentales y las colectividades. Un Ejército con capacidad de adaptarse con tanta rapidez como aquella con la que fluctúan las amenazas que debe enfrentar, pero cuyo primer reto, por sobre todas las cosas, es lograr la paz de todos los colombianos.

mejiaEl general Alberto Mejía Ferrero, un militar estructurado para la paz y el posconflicto, quien es valorado por la comunidad internacional por cumplir al pie de la letra los protocolos en situaciones específicas, consagrados en el frontispicio de la Carta Fundacional de la Unión Europea para sus miembros y su cooperación exterior, el respeto de los Derechos Humanos, la democracia como forma de gobierno y la fortaleza del Estado de Derecho, norma de conducta de todas las naciones, valores compartidos con Colombia.