El alcalde Enrique Peñalosa, recuperará el centro de Bogotá, abandonado totalmente por las tres últimas tres administraciones capitalinas.
El Distrito tiene un ambicioso plan para renovar el centro de Bogotá y convertirlo en un corazón competitivo, seguro y atractivo de la ciudad. El primer paso para eso es un proyecto de acuerdo que dé vía libre a la creación del Instituto para el Desarrollo del Centro, una gerencia que se encargue de priorizar todos los proyectos clave para este sector de la ciudad y que centralice la administración de los mismos.
«Para el alcalde Enrique Peñalosa, es evidente que el centro de Bogotá requiere una atención especial, que es una parte de la ciudad distinta al resto, porque aquí nació la ciudad, porque aquí está la mayoría del patrimonio histórico y cultural, gran parte del potencial turístico de la ciudad. Es muy diverso: aquí hay comercio, universidades, oficinas de Gobierno, una actividad turística y económica importante», explica Mónica Ramírez, futura gerente del centro y hoy directora de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, entidad que quedará convertida en la Gerencia Centro.
En el centro de Bogotá viven 200.000 bogotanos pero durante el día lo visitan casi 2 millones entre trabajadores, turistas e interesados en el comercio del sector. Según Mauricio Uribe, director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), la percepción en la mente en los bogotanos es casi siempre negativa sobre el centro y ese será un punto prioritario para trabajar en la futura gerencia.
«Es una población flotante inmensa que viene al centro y a veces lo entienden como un problema por el tráfico, porque no consiguen parqueadero, porque piensan que es inseguro -y puede que sí-, pero tenemos en el centro un potencial muy grande para hacer de este lugar el corazón de la ciudad. Una ciudad sin corazón, como organismo vivo, no vive», asegura Uribe, quien está convencido además de que este sector de la ciudad, que abarca 994 hectáreas, tiene el potencial para convertirse en un centro de orgullo, como la ciudad amurallada en Cartagena.
El centro de Bogotá es uno de los 45 centros históricos del país declarado Monumento Nacional; es además el más importante, por pertenecer a la capital del país, y tristemente célebre por ser uno de los peores ranqueados entre los ciudadanos. Pero eso será historia del pasado, gracias al Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), encargado por el Ministerio de Cultura y que busca planear toda una renovación de esta zona de la ciudad hasta 2038, cuando se celebre el cumpleaños número 500 de Bogotá.
La estrategia para recuperar el centro de Bogotá estará centrada en una gerencia. Se trata del Instituto para el Desarrollo del Centro, que será lo que hoy se conoce como la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA) y que tendrá como misión principal el trabajo en el centro desde tres dimensiones: la dimensión cultural, la dimensión espacial (infraestructura) y socioeconómica.
Las tres alcaldías que componen el centro de Bogotá serán fundamentales a la hora de impulsar proyectos que generen bienestar para los ciudadanos que viven o transitan el centro. «Se trata de hacer intervenciones integrales que toquen todas esas áreas, por eso las funciones de este instituto no son en términos de renovación urbana, no es en términos de crear grandes desarrollos urbanos, sino de arreglar las pequeñas cosas que hacen que haya bienestar y calidad de vida», explica Ramírez, y añade que lo fundamental es «que la gente quiera estar en el centro, que lo disfrute».
Pero, ¿es necesaria una gerencia? Para la directora de la hoy FUGA, definitivamente sí. A lo largo de la historia lo que sucede en el centro ha estado supeditado al trabajo aislado de las entidades y, así las cosas, se ha llegado a este punto en que la ciudad tiene una mala imagen de su propio corazón.
«El centro es nuestra pieza fundamental», asegura el director de Patrimonio Cultural. «El área que estamos hablando del centro histórico representa el 2,5% del área urbana de la ciudad, pero ahí está concentrado el 40% de los bienes de interés cultural, y está concentrando el 70% de nuestra actividad».
Aunque los planes de la gerencia y del PEMP son a largo plazo, desde ya Patrimonio está trabajando en la recuperación de algunos tesoros del centro de la ciudad. Ese es el caso por ejemplo de la Plaza La Santamaría, que estará lista para inicios de 2017; de la fachada de la iglesia del Voto Nacional, que empieza a ser restaurada en 2017 y de la Plaza de Mercado de La Concordia.
Pero no solo Patrimonio está haciendo esfuerzos por recuperar el centro. Diferentes entidades han hecho jornadas y trabajan en proyectos, desde ya, para embellecer algunos tesoros del centro.