Mientras en la Dimayor debaten cómo buscar fondos con el canal premium para salvar el fútbol colombiano, hay uno que esta en estado terminal: el fútbol femenino, el cuál pide a gritos que se convierta en un tema prioritario.
Atlético Huila hizo historia al quedar campeón de la Copa Libertadores Femenina. Las opitas ganaron el máximo certamen continental, gracias a su propia lucha, esfuerzo y sudor, ya que desde el 31 de mayo no tienen una competición oficial y están, al igual que los otros equipos colombianos, a la espera de la decisión de la Dimayor, sobre el futuro de la Liga profesional.
Las de Neiva vienen preparándose por sus propios medios para esta Copa. Varias jugadoras del plantel manifestaron su inconformidad con la falta de apoyo de la Dimayor, sin embargo continuaron entrenando y Albeiro Erazo armó un equipo a la altura y para hacer historia a nivel continental.
Este titulo, es una ‘bofetada’ para todos aquellos que por un instante aprobaron la posible decisión de no continuar con la Liga en Colombia. Cada vez son más los hechos que ratifican el porqué sí debe continuar el torneo y es evidente que se tiene que apoyar más.
Mientras en la Dimayor debaten cómo buscar fondos con el canal premium para salvar el fútbol colombiano, hay uno que esta en estado terminal: el fútbol femenino, el cuál pide a gritos que se convierta en un tema prioritario.
Las jugadoras piden que el campeonato se juegue todo el año. Con solo un semestre, Huila quedó campeón de la Libertadores, no es descabellado ilusionarse con lo que se podría hacer con una liga los 12 meses.
El fútbol femenino crece a pasos agigantados en nuestro país y con el título de las opitas se espera que muchos cambien el pensamiento ‘machista’ que por desgracia aún existe con respecto al balompié en las mujeres.
Se pide equidad, una liga justa y que no tenga tantas diferencias con la masculina. Piden más apoyo económico y de la afición y por último y más importante, pedían credibilidad, pero es indiscutible que el domingo, la consiguieron.
En el momento más difícil del fútbol femenino en Colombia, ellas sacaron la cara. La delegación de Atlético Huila, campeonas del fútbol profesional colombiano, despertaron el interés del país que quiso verlas como sea disputar la final de la Copa Libertadores Femenina 2018, ante el favorito y múltiple campeón de la competencia, Santos de Brasil.
Ni siquiera hubo transmisión por televisión. Las noticias que llegaban de las heroinas opitas eran vía vox populi. Alguien le contaba a alguien que las chicas estaban a punto de hacer historia y así se corrió la voz. A partir de semifinales, Conmebol ofreció el servicio gratuito de transmisión en redes sociales y así todo el país le mandó a la distancia su apoyo a unas chicas que tuvieron poco más que su propia fe para creer en ellas.
El puntapié se dio al caer la tarde en la Arena Amazonía de Manaos. Además de jugar como visitante, el miedo escénico las tuvo a maltraer en el primer tiempo, no así la humedad de la selva, que a juzgar por el despliegue físico, las hizo sentir como en Neiva.