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Carlos Pinzón: SE NOS FUE EL MAS GRANDE PERIODISTA SOCIAL DE COLOMBIA

Una de sus ideas de Carlos Pinzón,  fue la de montar el programa «Monitor», situación que le abrió las puertas en muchas oficinas nacionales e internacionales. Un día le llegó una invitación muy especial: entrevistar a Mao Tsé Tung.

 

 

 

 

 

 

 

Guillermo Romero Salamanca

comunicaciones CPB.

Cuando tenía 15 años Carlos Alfonso Pinzón Moncaleano se fue de su casa para nunca más regresar. En una pequeña maleta empacó dos mudas completas y parte de sus sueños.

Quería, desde ese momento, conquistar al mundo, ver nuevos paisajes, escuchar otras melodías y aprender de la vida. Se fue con su amigo Alfonso Rey. Pidieron aventones a los camiones Ford de esos años cuarenta. Cuando llegaron a Santiago de Cali, su compañero de travesía le comentó que no podía seguir porque estaba enamorado de Carmencita, la hermana de Carlos.

La reacción del presentador no fue otra que la de enviar de regreso a Alfonso para que preparara su matrimonio.

Carlos siguió su recorrido y paró en Ecuador. Allá trabajó en un restaurante lavando platos.

Así comenzó su vida de conquistador del mundo.

A su regreso a Colombia buscó en el boxeo una oportunidad para destacarse en el mundo. En una pelea de semiprofesionales en la Plaza de toros La Santamaría, le dieron más de un golpe, situación que no agradó al joven y determinó colgar los guantes para siempre.

Debía buscar otra forma para vivir.

Meses después su hermano Julio Eduardo, un reconocido locutor en Tunja, lo invitó a conocer la tierra boyacense y a dar las primeras voces en los micrófonos de la radio.

Eso sí le gustó y antes del primer año de labores, ya era el director. De allí salió a buscar suerte en Manizales, Girardot e Ibagué. Programaba, entre otras cosas, música clásica, temas que le gustaron y que le quedaron grabados en su memoria para siempre.

El 9 de abril de 1948 les anunció a sus oyentes en Barranquilla el asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán. Sus planes artísticos de teatro con Hugo Pérez debieron cancelarse y optó por regresar a Bogotá donde encontró oficio como reparador de máquinas de escribir.

El tecleo y los aceites le cansaron y determinó presentarse como locutor a las Emisoras Nuevo Mundo. La magistral Teresa Gutiérrez le dio camino a la joven promesa de la locución.

SU CHARLA CON MAO TSÉ TUNG

Una de sus ideas fue la de montar el programa «Monitor», situación que le abrió las puertas en muchas oficinas nacionales e internacionales. Un día le llegó una invitación muy especial: entrevistar a Mao Tsé Tung.

En esa época no había muchas grabadoras y la única que encontró se la prestaron en la Embajada de los Estados Unidos. «Había que darle manivela y era un encarte», contaba siempre la anécdota.

Con su hermano condujo también el musical «Colombia sin fronteras», en el cual presentaba lo más granado del pentagrama de esos congestionados años cincuenta.

Era un creativo permanente. Fue el pionero de las transmisiones radiales del Concurso Nacional de la Belleza en Cartagena y viajó a Israel para emitir desde allí una procesión.

Creó también la connotada Asociación Colombiana de Locutores con personalidades de la voz como Juan Harvey Caicedo, Otto Greiffenstein, Julo Sánchez, Eucario Bermúdez, Gloria Valencia de Castaño, Alberto Piedrahita Pacheco y Magda Egas, entre otros.

Era un permanente innovador y sus jingles son aún retrasmitidos por algunas emisoras. En uno de sus viajes escuchó una canción de Los Isleños «Goticas de dolor» y de allí sacó la canción famosa «Señor locutor, por favor diga usted qué hora es…Gracias, muchas gracias, muchas gracias señor locutor».

En los maravillosos años sesenta el rock resplandeció en el mundo y Carlos Pinzón no podía estar alejado de ello. Con doña Gloria Valencia de Castaño montó la primera gran discoteca juvenil de Colombia: «La bomba», donde los grupos yeyé y gogó del momento hacían las delicias para las muchachas que comenzaban a exhibir sus minifaldas.

Un día el maestro Fernando Gómez Agudelo le dijo claramente: «Carlitos, deja la radio y vente para la televisión. Su primer programa fue «Desfile de éxitos» con las canciones más populares del momento».

Luego presentó «El precio es correcto» y después causó sensación con el concurso «Usted vale lo que pesa».

Los quinceañeros gozaron también con la ronda musical de «Domingos espectaculares». Los baladistas del momento y los conjuntos tropicales comenzaron a desfilar por el programa de Carlos. Era el furor del momento.

EL HOMBRE EN LA LUNA

En medio del frío y con una altura de 3.106 metros sobre el nivel del mar, en la casa de los transmisores de la televisora nacional en el Cerro de Jurisdicciones, en Norte de Santander, el 20 de julio de 1969 los hermanos Julio Eduardo, Leopoldo, Germán y Carlos Pinzón les dieron la noticia a los colombianos sobre la llegada del primer hombre a la luna: Neil Armstrong.

La sintonía fue total. En las casas las personas miraban la pantalla chica y salían a los patios o a las terrazas tratando de divisar el Apolo que había alunizado. Algunas personas lloraban, otras se santiguaban y más de uno, presagiaba el fin del mundo.

Se emitía desde el Cerro de Jurisdicciones porque en ese momento era el punto ideal para recibir la señal de Cabo Cañaveral y para difundirla en Colombia.

Si para los Estados Unidos fue la gran noticia, en el país lo era mucho más. Eran los tiempos de un par de canales, que transmitían en blanco y negro y que tenían una programación que arrancaba a las cuatro de la tarde e iba hasta las once de la noche.

Carlos y sus hermanos comentaban cada suceso de lo que ocurrió en el alunizaje y luego, los primeros pasos de Neil Armstrong por la luna. Fue un momento histórico, único.

Este 30 de abril del 2020 les deja un sinsabor a los colombianos: la partida al más allá de uno de los grandes hombres de la radio y la televisión, pero, sobre todo, un ser que se dio por los demás y que soñó para que todos fueran felices.

El Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) expresa honda tristeza por el deceso del gran filántropo de Colombia, por el periodista que amó a todos y trabajó por todos y que deja un invaluable legado para las actuales y futuras generaciones. QEPD.

Grandes de la locución Eucario Bermúdez, Juan Harvey Caicedo, Gloria Valencia y Carlos Pinzón.

Este 30 de abril del 2020 les deja un sinsabor a los colombianos: la partida al más allá de Carlos Pinzón,  uno de los grandes hombres de la radio y la televisión, pero, sobre todo, un ser que se dio por los demás y que soñó para que todos fueran felices.