Liliana Eugenia Mejia Gonzalez,directora de Proyectos del IDU, tenía a su cargo mega obras como la adquisición de los predios para el metro la construcción urbanística, entre otras obras.
Javier Sánchez L
Sorpresa grande se llevaron las directivas del Instituto de Desarrollo Urbano IDU, cuando descubrieron que Liliana Eugenia Mejia Gonzalez ,directora de Proyectos quien manejaba la preinversión y la supervisión de las mega obras que se adelanta en Bogotá, no era arquitecta graduada de la Universidad del Valle y Magíster en urbanismo de la Universidad Nacional de Colombia, tal como registró sus documentos para ser nombrada en el cargo, con una asignación mensual de 19 millones de pesos.
La funcionaria al ser descubierta del fraude que había hecho se despidió de sus subalternos hace dos semanas señalando motivos personales. Sin embargo, llama la atención que su carta de renuncia fue denominada «información pública clasificada» y por ende no puede ser consultada por cualquier persona en el portal de contratación del IDU.
Liliana Mejía , quien venía vinculada en el IDU, en otros cargos, se posesionó como directora técnica de proyectos del IDU el pasado 3 de febrero, como consta en varias fotografías y documentos públicos.
En su perfil profesional, aparece como arquitecta graduada de la Universidad del Valle y Magíster en urbanismo de la Universidad Nacional de Colombia. Sin embargo, al consultar la base de datos de egresados de la universidad, no existen registros que coincidan con su nombre en la fecha en la que supuestamente se graduó de arquitectura.
El Consejo Nacional de Arquitectura, reportó que Liliana Mejía no aparece registrada para poder ejercer la profesión de arquitecto como tampoco aparece su nombre, en las tarjetas profesionales. Liliana Eugenia Mejía presentó un número de matrícula de arquitectura falso para posesionarse.
«La cédula de la persona no está matriculada como arquitecta y el número que da de su matrícula profesional para acceder al cargo no corresponde a su nombre ni a la fecha en la que supuestamente se graduó», señaló Enrique Botero, presidente del CNAPAA.
Durante su paso por el IDU tuvo un salario mensual de más de 19 millones de pesos y a pesar de que se descubrió su maniobra, cuatro meses después se le permitió renunciar y hasta el momento no ha habido ninguna acción legal en su contra.
La dirección de proyectos del IDU es una de las dependencias más importantes del instituto. Por ese despacho pasan todos los estudios y diseños de las obras que prometió la Alcaldía y que consignó en el plan de desarrollo.
La «falsa arquitecta» que se le acabó la suerte de engañar reside en el mismo edificio que el presidente del Consejo Profesional Nacional de Arquitectura, que es uno de los símbolos más reconocidos de la arquitectura bogotana, las Torres del Parque.