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Esteban Jaramillo: «CON LA COVID-19 EL FUTBOL RECIBIÓ UNA PATADA EN LOS TESTICULOS»

La Covid-19 al fútbol no es una puñalada mortal. Pero si es una patada en los testículos, en extremo dolorosa… Quizás dañina, con efectos sensibles en las estructuras financieras y deportivas.

 

 

 

 Guillermo Romero Salamanca

Esteban Jaramillo lleva una vida comentando de fútbol. De eso ha vivido. Miles de horas frente a micrófonos de todas las cadenas radiales. Centenares de minutos en televisión. Días enteros escribiendo sus columnas que la replican en la web donde menos se imagina.

Siempre ha sido un hombre reflexivo. Lo invitan a los programas radiales deportivos para que suelte sus conceptos sobre algún suceso. Lo hace bien. Sabe lo que dice. Piensa antes de soltar la lengua, pero asesta golpes de sinceridad y de preciso juicio.

Conoce la vida de innumerables deportistas que han pasado por la historia del fútbol. Repasa jugadas. Se conoce los reglamentos. Analiza con tesón cada una de las estructuras de los equipos. Posee una memoria prodigiosa, rápida, detallada.

Ha estado presente en varios mundiales, campeonatos sudamericanos, regionales y en incontables partidos de la llamada Liga Nacional. Lee. Es innovador y no le ha ganado la tecnología ni el internet.

Son tiempos de cuarentena y de entrevistas vía WhatsApp.

–¿La Covid-19 le dio una puñalada mortal al fútbol?

–No es una puñalada mortal. Pero si es una patada en los testículos, en extremo dolorosa… Quizás dañina, con efectos sensibles en las estructuras financieras y deportivas. Costará mucho reiniciar.

–¿Qué lección le deja la Covid-19 al fútbol?

–Que la imprevisión es destructiva. Que el buen dirigente activa sus conocimientos con poder innovador. Que la prepotencia es un mal tan perjudicial como el ego.

–¿Qué será más importante pagarle una millonada a un jugador o mejorar los sistemas de salud?

–Hoy se pregona mucho que el mundo va a cambiar. Creo que así será, pero no en todos los aspectos. El humano, por ejemplo. Siempre tendrán preponderancia los ídolos de barro por encima de la salud del pueblo, cuyos dineros tantas veces toman otros rumbos. Es pan y circo.

–¿Cómo se están preparando los periodistas deportivos para comentar y narrar fútbol virtual?

–Les cuesta más a los de la vieja guardia. Los que miraron pasar el tren innovador, con sus tendencias modernas, mirando para otro lado. Los jóvenes están adaptados. Claro que en las transmisiones falta mucho raciocinio, con conceptos firmes bien argumentados. En Colombia hay buenos periodistas. Creo que no habrá problema.

–¿Qué pasará con canales como Win+?

–Volverá a lo suyo. Al mercado. Con menos aceptación porque la calidad del espectáculo no estaba ni está garantizada. No es el salvavidas del fútbol, como se afirma… es el salvavidas de los empresarios de la TV licenciada.

–¿Se bajarán de las nubes los futbolistas después de esta lección?

–Nunca lo harán. Viven en una nube, insensibles frente a la problemática de la comunidad. No juegan por divertirse, lo hacen, muchos, por enriquecerse. Al pueblo nunca le toca.

–¿En qué cambiará el fútbol tradicional?

–El fútbol, han dicho, es un deporte de contacto. Y hoy, con el aislamiento social que tendrá consecuencias posteriores serias, de cuidado y por largo tiempo, tendrán que tomarse medidas para evitar celebraciones efusivas, aglomeraciones, reuniones…además enfrentará una crisis muy difícil de resolver durante un tiempo, por la falta de respaldo financiero.

–¿Qué reflexión le deja esta situación a Esteban Jaramillo?

–Sensible, apasionado, futbolero pleno, hoy no le doy bolas a la pelota. Mis prioridades están en otras partes. La salud de los míos, por ejemplo. El empleo de mi familia, de mis amigos, de todos. Cuando esto pase, las aguas volverán a sus cauces y yo regresaré al mundo de la pelota con la pasión de siempre.

–¿Qué se estaba haciendo mal en el fútbol?

–Tengo el ejemplo de un picapedrero que golpeó 100 veces una roca. En el martillazo 101, la rompió. No se resquebrajó en el último golpe. Los cien restantes la afectaron. En el fútbol no se venía trabajando bien por la codicia, la falta de ética deportiva y los intereses personales.

–¿Los escándalos de la FIFA no fueron suficiente lección para replantear al fútbol?

–No porque hay demasiadas personas involucradas. Dinero en efectivo. Investigaciones manipuladas. Tanto caradura.

UN HOMBRE DE ORACIÓN

–Esta situación reventó económicamente a varios equipos. ¿Cree que una solución es buscar ayuda estatal o disminuir el número de equipos?

Se ufanan los directivos diciendo que el fútbol es una actividad autosuficiente e intocable por la autoridad, por su carácter particular. El gobierno no debe ayudar. Tiene otras prioridades en la reconstrucción. No sé si todos los clubes podrán volver…

–¿Qué le dejó la oración del Papa en la Plaza de San Pedro?

–El Papa, estuvo genial en su homilía. Mensaje profundo que nos hizo pensar. El valor en el naufragio, el trabajo en equipo, la fe en Dios…

–¿Al comenzar la cuarentena en qué pensó fundamentalmente?

–Al comenzar la cuarentena pensé en solidaridad, disciplina, sensibilidad. Sobre la forma de disfrutar mis silencios, mi soledad; la lectura, la escritura y la tecnología para ocupar la mente. Y mucha confianza en Dios.

–¿En estos días de encierro ha vuelto a ver algún partido?

He visto muchos partidos. Siempre el preferido, Brasil Italia, México 70. El mejor. Pero otros más. Hay tantos. También hazañas deportivas en general. Ídolos y héroes del pasado.

–¿Cómo distribuye su tiempo día a día?

 A las cinco de pie. Oración. Baño y preparación para ir al aire en un innovador programa de   CanalVip.tv Puro streaming. A las 10, redes puras. De todo. A las 12, lectura. Almuerzo a la 1. Ejercicio una hora, escuchando música.  Cero llamadas durante este tiempo. Siesta. Lectura. Redes. A las 5, encuentro virtual con amigos. Repaso noticioso, el segundo del día. Tarde, en la noche, aligero equipaje: Qué debo botar y que debo conservar.  Y si se puede una película. Término liquidado.

Sobre los periodistas les cuesta más a los de la vieja guardia. Los que miraron pasar el tren innovador, con sus tendencias modernas, mirando para otro lado. Los jóvenes están adaptados. Claro que en las transmisiones falta mucho raciocinio, con conceptos firmes bien argumentados. En Colombia hay buenos periodistas. Creo que no habrá problema.