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Música: EL TRÍO MATAMOROS

Jaime Rico Salazar

Surgió en Santiago de Cuba. El fundador y director fue Miguel Matamoros, nacido allí el 8 de mayo de 1894. Cuando tenía 15 años ya tocaba admirablemente la guitarra y como cantaba muy bien era muy solicitado para dar serenatas. Por el año de 1924 formó un dueto con su amigo Rafael Cueto, que también tocaba muy bien la guitarra y se presentaron en el Teatro Albizu de La Habana. Un año después incluyeron a Siro Rodríguez, que aunque no tocaba, sí cantaba muy bien… y se formó así el Trío Oriental.

Miguel entonces tuvo la idea de grabar y viajó a La Habana buscando esta posibilidad. Eusebio Delfín, artista ya consagrado, le prometió que le ayudaría con la Casa Victor. Pero pasaron tres años sin que nada ocurriera, en los cuales se consolidó artísticamente el trío. En 1928 llegó a Santiago el señor Juan Castro, representante de la Victor, buscando nuevos intérpretes y los escuchó.  Inmediatamente les firmó contrato y los envió a Nueva York, a los estudios de grabación en Camden.

Las primeras canciones que grabaron el 28 de mayo de 1928 fueron los boleros «Promesa» (N° 81377)  y «Juramento» (81378) de Miguel, lo cual no deja de ser muy significativo en el impulso que iba tomando el bolero, ya que la especialidad del trío siempre estuvo en la interpretación del son. «Son de la loma» (N° 81378) también se grabó ese día. Al día siguiente grabaron el bolero «Olvido» (N° 81274) y el son «El que siembra su maíz». (N° 81274) Cuando estaban registrando las primeras grabaciones, le preguntaron a Miguel cómo se llamaba el trío, y éste les informó que…Oriental. Los directivos de la Víctor le insinuaron que cambiara de nombre, por cuanto ya había sido utilizado por otros tríos y le sugirieron que siendo él, el fundador y director, lo distinga con su apellido. Es así como nació el nombre del Trío Matamoros.

Y comenzó su popularidad en Cuba. En ese mismo año hicieron su debut en los cines de La Habana  y recorrieron toda la isla llegando luego a Santiago, en donde les hicieron un gran recibimiento. Empezó así un peregrinaje que duró 35 años. Viajaron a Mérida, luego a Nueva York en 1930,  registrando más grabaciones, Puerto Rico en 1931, España, París y Lisboa en 1932. Entre 1933 recorrieron Panamá, Venezuela, y en Colombia hicieron un gran recorrido por todo el país. Se presentaron en Bogotá, en enero de 1934, Medellín, Cali, Ibagué, Pereira, Cúcuta, Tunja, Cartagena y Barranquilla y regresaron a Nueva York. En Bogotá Emilio Murillo le enseñó a Miguel el bambuco «El trapiche» y lo grabaron el 8 de marzo de 1934 (N° 32315), por supuesto que ellos no tenían ni idea de cómo se toca un bambuco. Luego en 1937 viajaron al Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Perú y Panamá, terminando en Jamaica. Vino entonces la segunda guerra mundial y se vieron obligados a hacer un receso en sus giras.

Posteriormente el trío pasó a ser el Cuarteto Matamoros (1931) luego fue un sexteto y después el Conjunto Matamoros. También trabajaron con otros nombres: Septeto Matamoros, Conjunto Baconao y Cuarteto Maisí. En 1945 estuvieron en México, a donde llevaron a Benny Moré. En los años siguientes actuaron en los teatros de La Habana. Estuvieron en Puerto Rico en donde grabaron para el sello Marvela y luego en Caracas hicieron sus últimas doce grabaciones. La última presentación del Trío Matamoros la realizaron el 10 de mayo de 1960.

El éxito mayor del Trío Matamoros estuvo en la forma como supieron interpretar el son en la guitarra, logrando en este instrumento una ejecución más melódica que de acompañamiento. Además había en sus voces un estilo muy cubano, diferente al de la canción lírica de tipo operático que se imponía en esa época. Por otra parte, el repertorio que impulsaron fue fruto de la inspiración, de Miguel. Entre sus composiciones más conocidas recordamos los sones: «Son de la loma» (1928); «El que siembra su maíz» (1928); «La mujer de Antonio» (7/26/1929 – N° 46402); «El paralítico» (1930); «Veneración», (11/27/1935 – N° 82537) «Las maracas de Cuba», «Frutas del Caney», (de Félix B. Caignet) (12/11/1928 – N° 46044.)

También le dieron gran fuerza al bolero, en la modalidad del bolero-son, que en la década siguiente se desligara de este último ritmo y se impondría al mismo. Miguel compuso muchos boleros que aún se escuchan: «Triste, muy triste», «Mi única boca”,  «Juramento», siendo «Olvido» y «Lágrimas negras» (2/24/1931- N° 30509) los que alcanzaron mayor popularidad. Aunque se da como un hecho, que varias de las letras de sus composiciones pertenecen a su medio hermano Ignacio Falcón Matamoros, entre ellas las de «Lágrimas negras» y «El que siembra su maíz».

En el trío Miguel tocaba la primera guitarra y era la primera voz. Además sabía tocar bongó y corneta china. Fue el alma del grupo. Cuando ya estaba casi completamente ciego, una embolia cerebral lo llevó a la tumba el 15 de abril de 1971.

Rafael Cueto

Nació en Santiago el 14 de marzo de 1900. Cuando se integró al trío trabajaba con la Sanidad. En el grupo tocaba la segunda guitarra acompañante y hacía la tercera voz. De su inspiración son: “Los carnavales de Oriente” y “Me la llevo”. Falleció en La Habana el 7 de agosto de 1991.

Siro Rodríguez

Nació en Santiago el 9 de diciembre de 1899. Se desempeñaba como herrero cuando integró el trío y hacía la segunda voz. Tocaba las maracas y las claves. También compuso: «Tu  boca”, «Cien besos», «La chica de la rumba» y «Un solo corazón». Murió en Regla, el 29 de marzo de 1981.