Vista panorámica que se ofrece de la ciudad de Camagüey desde el Gran Hotel.
Texto y fotos
Lázaro David Najarro Pujol
La ciudad de Camagüey, también conocida como Villa Andariega, por los tres sitios geográficos en los que se instaló desde su fundación en Punta El Guincho, Nuevitas, el 2 de febrero de 1514, tiene en el segmento comprendido entre la actual Plaza de los Trabajos y de la Solidaridad, todo un tesoro arquitectónico, cultural e histórico.
Las iglesias de la Merced y la Soledad convierten ese tramo en uno de los más fotografiados por lugareños y visitantes foráneos de todos los continentes, atraídos por el patrimonio arquitectónico de ese segmento urbanístico y social de la añeja villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
A esa área, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad, le imprime en la actualidad una importancia cultural el Paseo Temático del Cine, donde se encuentra el Complejo Cinematográfico Nuevo Mundo.
Es, quizás, el más influyente punto de flujo circulatorio de la suave comarca de pastores y sombreros que es Camagüey, a decir del Poeta Nacional Nicolás Guillén; donde los visitantes observan anonadados la Plaza de los Trabajadores, devenida inconfundible asiento triangular en medio de una compacta ciudad colonial.
El recorrido de alrededor de 300 metros se inicia en la otrora Plaza de El Gallo, actualmente Plaza de la Solidaridad, donde se yergue el reconstruido teatro Avellaneda y los hoteles Camino de Hierro, Avellaneda, Colonial y Santa María, del Grupo Cubanacán.
En la misma área está la parroquia Nuestra Señora de La Soledad, fuente de inspiración de creadores cubanos y de otras latitudes. Es una edificación de valor arquitectónico e histórico, construida entre los años 1733 al 1736. Exponente del barroco colonial cubano.
Se cierra el triángulo, en la Plaza de los Trabajadores, embellecida con su Centro de Convenciones Santa Cecilia y la iglesia de Nuestra Señora de la Merced; esta última construida en el año 1601 por frailes de la orden de los Mercedarios en una ermita de madera y guano dedicada a Nuestra Señora de la Altagracia; donada por Juan Griego, vecino de la villa, según consta en la historia.
Plaza de los Trabajadores, Camagüey
Centro de Convenciones Santa Cecilia, en la Plaza de los Trabajadores.
Hotel Camino de Hierro en la Plaza de la Solidaridad
The city of Camagüey, also known as Villa Andariega, for the three geographic sites where it settled since its foundation in Punta El Guincho, Nuevitas, on February 2, 1514, has in the segment included between the current Plaza de los Trabajos and Solidaridad, an architectural, cultural and historical treasure.
The churches of La Merced and La Soledad make this section one of the most photographed by locals and foreign visitors from all continents, attracted by the architectural heritage of that urban and social segment of the old town of Santa María del Puerto del Príncipe.
The area, declared a Cultural Heritage of Humanity by UNESCO, is currently of cultural importance on the Cinematic Thematic Walk, where the New World Film Complex is located.
It is, perhaps, the most influential circulatory flow point in the gentle region of shepherds and hats that is Camagüey, according to the National Poet Nicolás Guillén; where visitors stare in amazement at the Plaza de los Trabajadores, an unmistakable triangular seat in the middle of a compact colonial city.
The route of around 300 meters begins in the former Plaza de El Gallo, currently Plaza de la Solidaridad, where the reconstructed Avellaneda theater and the Camino de Hierro, Avellaneda, Colonial and Santa María hotels, of the Cubanacán Group stand.
In the same area is the Nuestra Señora de La Soledad parish, a source of inspiration for Cuban creators and from other latitudes. It is a building of architectural and historical value, built between the years 1733 to 1736. Exponent of the Cuban colonial baroque.
The triangle closes, in the Plaza de los Trabajadores, embellished with its Santa Cecilia Convention Center and the church of Nuestra Señora de la Merced; the latter built in 1601 by friars of the order of the Mercedarios in a hermitage made of wood and guano dedicated to Our Lady of Altagracia; donated by Juan Griego, a resident of the town, as recorded in the story. (By Lázaro David Najarro Pujol / (Translated by Linet Acuña Quilez)