Todo empezó cuando fue torturado el abogado Javier Ordóñez quien recibió descargas de electricidad con pistolas taser que le propinaron dos policías, mientras él permaneció indefenso hasta que lo mataron los uniformados. Al día siguiente la indignación se tomó a Bogotá y la policía acabó con la vida de 12 jóvenes disparando a diestra y siniestra. Las investigaciones se encuentran paralizadas.