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Entrevista: ¿SERÁ QUE LOS LIBROS ESTORBAN EN EL ALMA?

Martha Lucía Bonilla

 

 

 

 

Manuel Tiberio Bermúdez

Martha Lucía Bonilla, no es una escritora de fin de semana; ha dedicado gran parte de su vida a perfeccionarse en ese mundo difícil de crear personajes, escribir historias, armar tramas, rematar momentos, los que luego, convertidos en libro, se van  por el mundo en manos de los lectores.

Por eso, luego de realizar algunos talleres de escritura en los que, a la par que descubre nuevos secretos para su oficio, desentrañar nuevas claves, aprende algunos trucos, se decidió a publicar su primer libro de cuentos para su satisfacción personal,  y por qué no, para enfrentar ese reto de mil cabezas y mil decires que es el leedor.

Estuve en la Biblioteca Centenario, acompañando el momento, testimoniando la alegría de la primera vez frente al público, viendo la reacción de sus amigos que sabían que escribía, pero que no se lo creían mucho porque un escritor demuestra su oficio cuando deja su pensamiento en los libros. Y allí estaba, frente a todos disertando sobre su trabajo, alzando entre sus manos el libro y regalando, a quienes serán en adelante sus lectores, algunas claves para descifrar esos códigos escondidos en  las historias narradas.

El lanzamiento de su libro de cuentos hace parte de la programación de La Feria Internacional del Libro de Cali, 2021.

Me dijo que quien lea su libro «La extraña desaparición de Carmen Castrillón» va a encontrar en el libro diez cuentos, muy distintos entre sí pero con algunos hilos narrativos que los unen en relaciones intrincadas, difíciles, con finales inesperados.

El libro de tan solo 82 páginas está bellamente editado e impreso por Fallidos Editores. Es un libro acorde con estos tiempos de lecturas rápidas y cortas.

¿Qué le decide a publicar?

«Porque ya era hora. Es el momento de soltar,  de liberar, de dejar que los escritos se defendieron solos. Es como cuando dejas que los hijos salgan: ya los formé, los eduque, es la vida la que ellos deben enfrentar y se tienen que defender solos».

¿No será que los libros a veces estorban en el alma y hay que sacarlos, compartirlos?

«A mí no me estorban en el alma, pero me si me tenían frenada. Necesitaba dejarlos para ya poder voltear la página y seguir adelante».