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Excomandante de Batallón relata ante la JEP: EL HORROR DE LOS ‘FALSOS POSITIVOS’

El coronel (r) Henry Acosta Pardo, excomandante del Batallón de Infantería número 44 Ramón Nonato Pérez (Birno),confesó que hay muchos casos en esta región del país, cuyos expedientes están archivados.

 

 

Rafael Camargo

 El coronel (r) Henry Acosta Pardo, excomandante del Batallón de Infantería número 44 Ramón Nonato Pérez (Birno), relató ante la Jurisdicción Especial para la Paz, como se cometieron los falsos positivos en los cuarteles colombianos.

El  oficial, quien se encontraba prófugo de la justicia,después de  13 años empezó a relatar  toda la verdad sobre el horror de los ‘falsos positivos’ cometidos en el departamento de Casanare y que dejaron por lo menos 62 víctimas en un solo año.

En su confesión, aseguró que mientras era comandante del batallón se enteró de las ejecuciones extrajudiciales, pero nunca hizo nada, al punto de volverse cómplice e insensible de lo que ocurría en la guarnición militar.

El oficial en retiro ante la justicia transicional, acusó a los generales (r) Mario Montoya y Henry Torres Escalante, además de otros oficiales de menor rango, presuntamente responsables directos de estos asesinatos.

Recordó  que cuando llegó al Batallón de Infantería número 44 Ramón Nonato Pérez (Birno), en octubre de 2006, en reemplazo de un coronel de apellido León, allí fue recibido por el entonces coronel Henry Torres Escalante.

Al  iniciar sus labores militares, le exigieron presentar al menos 20 resultados operacionales, es decir 20 supuestas bajas, como lo hizo el coronel León el año anterior.  Esa cantidad no sólo fue igualada, sino superada. Expresó que para esa época el comandante del ejército era el general Mario Montoya, a quien conoció años atrás en la IV Brigada.

Reveló que el general Montoya exigía resultados desde que fue comandante de la cuarta brigada del Ejército con sede en Medellín, utilizando frases ya mencionadas en otros procesos.

Dijo que tan pronto asumió el cargo (en 2006) pidió resultados operacionales a sus tropas, a cambio de descanso para las fiestas de fin de año y dijo haberse sentido sorprendido de la respuesta positiva de los militares a su mando.

Manifestó ante la JEP que había mucha presión y que algunos oficiales le tenían temor al general Mario Montoya, hasta el punto de solicitar psicólogos, como le ocurrió al coronel León, que días atrás había reemplazado en el batallón Birno.

Acosta dijo que para nadie era un secreto que el general Mario Montoya exigía resultados, supuestamente bajo amenazas, al manifestar que si no había resultados se tenían que ir.

El coronel Henry Acosta también manifestó a la JEP que el 31 de diciembre de 2006 un capitán lo abordó y le dijo que en cuestión de horas se iba a dar un resultado operacional, hecho que levantó todo tipo de sospechas, frente a lo que estaba pasando

Con el tiempo estas ejecuciones extrajudiciales pasaron a ser algo habitual, sin importancia para el confeso oficial y le respondió al magistrado por qué no se atrevió a denunciar en su momento

Confesó que hay muchos casos en esta región del país, cuyos expedientes están archivados y que conoció, por parte del capitán Eduardo Duarte Rojas, quien está postulado en la JEP, cómo se coordina de manera maquiavélica las versiones que se debían rendir ante las autoridades con manipulación de testimonios de quienes cometieron estos asesinatos selectivos.

El capitán César Augusto Cómbita, le habría explicado cuál era el perfil de las víctimas y cómo eran esos minutos previos al asesinato.

El coronel Henry Acosta pidió la baja y puso fin a su carrera militar porque sabía que todo estaba mal y que tarde o temprano iría a la cárcel.

Jóvenes colombianos 6402, según la JEP fueron reclutados con falsas promesas de trabajo y luego acribillados por los militares,  para presentarlos  como guerrilleros muertos en combate.