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LA LEY DEL CARRIEL

El carriel

 

Hernán Alejandro Olano García

El carriel antioqueño acaba de adquirir carta de nacionalidad con la expedición de la ley 2139, que lo eleva a la condición de símbolo nacional. De igual manera, la disposición legislativa exalta el oficio artesanal de la guarnielería asociado a la fabricación del Guarniel – Carriel Antioqueño como Patrimonio Cultural inmaterial de la Nación y se exalta a Jericó- Antioquia y a Envigado – Antioquia, como municipios que conservan esta tradición, incentivándose la postulación para su inclusión en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial del ámbito nacional con la asesoría técnica del Ministerio de Cultura.

Así mismo, el Ministerio de Cultura podrá, en el ámbito de sus competencias, tomar medidas adicionales tendientes a la dignificación, valoración y salvaguardia del oficio de la guarnielería, en asocio con las comunidades involucradas de Jericó y Envigado.

Igualmente, la ley 2139 dispone que el Banco de la República en una próxima emisión de monedas conmemorativas debe hacer la inclusión del símbolo del Guarniel – Carriel Antioqueño.

Muchos de los guarnieleros trabajan aún en máquinas de coser Singer doble O, que se mueven con más bríos que las famosas hermanas Ángela y Consuelo. Ellos elaboran esta prenda, con de ocho a doce bolsillos y, cuya «fachada» o tapa, inicialmente la piel y el pelambre solía ser de nutria o tigrillo; también, en alguna época se utilizaron fachadas de puma y jaguar; lógicamente esa prohibición la impone ahora la ley para la preservación de las especies.

Un antioqueño de antaño, solía llevar en su guarniel un crespito de la novia amarrado con una cintica roja, una carta de amor, una barbera, una vela, una navaja, un pito de cacho, un juego de dados, un trompo de todos ponen, una baraja española, un espejito y su peinilla, una libreta de apuntes, una lápiz, una barbera o máquina de afeitar, sus documentos de identidad, un par de espuelas galleras, un fajo de billetes, un paquete de cigarrillos o de tabacos y unos fósforos o encendedor, un par de amuletos, medallitas milagrosas, una aguja, una totuma aguardientera y una estampita de la Virgen del Carmen.

El maestro Jorge Robledo Ortiz inmortalizó al carriel en uno de sus típicos poemas costumbristas:

Este carriel de nutria, señoras y señores,

Fue antaño la bandera de un colonizador,

Tal vez un Juan sin Cielo hundido en los blasones

De algún tatarabuelo del imperio español.

No sé qué guarda dentro: quizás diez arreboles

Recogidos en viajes de Quimbaya a Sonsón;

Una mazorca de oro, tres ríos leñadores

Y un tiple que ha tenido descalzo el corazón.

Si esculcáis sus ‘secretas’ sentiréis escondida

Bajo la piel de nutria la savia de la vida

Y el Himno de Epifanio con su camisa al sol.

En carrieles como éste cupo sin ‘estrechuras’

El mapa de Colombia tatuado de herraduras

Y una fonda en la trocha que conduce hacia Dios.

Ahora nos queda esperar que todas las promesas de la ley se cumplan, para que, según ésta lo establece, cada 15 de agosto podamos conmemorar, como el artículo 7 lo ordena, el Día Nacional del Guarniel – Carriel Antioqueño.

Los artesanos han mantenido una tradición antioqueña