El mar Caribe es un mar abierto en el océano Atlántico tropical, situado al este de América Central y al norte de América del Sur, cubriendo la superficie de la placa del Caribe. También es llamado mar de las Antillas por estar ubicado al sur y al oeste del arco antillano.
Mireya Félix M.
Mar Caribe
El Mar Caribe que baña las costas de Colombia es un vasto territorio de gran importancia estratégica y biológica, que abarca más de dos millones de kilómetros cuadrados y constituye casi la mitad del territorio nacional. Rodeado por una diversidad de países vecinos como Panamá, Jamaica y Venezuela, esta región se destaca por su riqueza natural, su motor económico y los serios desafíos ambientales que enfrenta.
Biodiversidad
El Caribe colombiano es un verdadero epicentro de biodiversidad. Sus aguas cálidas y cristalinas albergan ecosistemas valiosos y frágiles, como:
Arrecifes de coral: Colombia posee una gran parte del segundo arrecife más grande del Caribe, un hábitat esencial para una inmensa variedad de vida marina, desde peces de colores vibrantes hasta crustáceos.
Manglares y pastos marinos: Estos ecosistemas actúan como viveros naturales, protegen la costa de la erosión y sirven de refugio para especies vitales como tortugas y manatíes.
Bosque seco tropical: La región también se caracteriza por una conexión única entre la tierra y el mar, con espacios como el Parque Natural del Tayrona y la Sierra Nevada de Santa Marta, donde la montaña se encuentra directamente con el mar.
Turismo
El Caribe no solo es un paraíso natural, sino también un motor económico fundamental para Colombia. Ciudades como Riohacha, Cartagena, Santa Marta y San Andrés atraen a millones de turistas, impulsando la economía local a través del buceo, el snorkel y las actividades de playa. Además, los puertos de Barranquilla y Cartagena son puntos clave para el comercio exterior y las exportaciones.
Sin embargo, esta riqueza económica se ve amenazada por graves problemas ambientales. La contaminación por aguas residuales, el vertimiento de basura y la erosión costera se han convertido en desafíos urgentes que requieren una atención inmediata. La presencia masiva de plásticos y otros residuos sólidos en el mar pone en riesgo la vida silvestre y la salud de los ecosistemas, lo que subraya la necesidad de un enfoque sostenible para proteger este tesoro natural.