Daniel Ortega, presidente de Nicaragua
Gerney Ríos González
Opiniones en pro y contra del Canal nicaragüense se escuchan en el ámbito mundial. Acarreará implicaciones políticas en la región. Todo por cuánto China, el gigante asiático gana la partida, con patrocinio económico e influencia política en la zona centroamericana, y repercusiones en suramérica, no oculta los razonamientos de expertos en geologística estratégica.
En el inmediato pasado, la construcción del Canal en Nicaragua iniciativa del presidente Daniel Ortega, gozó de los coqueteos financieros de Japón y Rusia. El oso soviético que 60 años atrás, alargó sus peludos brazos para apretar a Cuba y brindar apoyo a la revolución contra el dictador Fulgencio Batista, perpetuando en el poder la ideología marxista-leninista con sus cabezas visibles el Comandante Fidel Castro y su hermano Raúl. El Congreso de Nicaragua aprobó la idea del mandatario Ortega, dio luz verde al proyecto, con poca oposición y acto seguido se dispararon los comentarios por la factibilidad de crear un gemelo del Canal de Panamá, cambiando, cuando entre a operar, la fisonomía económica del planeta que habitamos.
Nicaragua, con este anuncio de una gigantesca obra de ingeniería de punta, con los apoyos tecnológicos del Tercer Milenio, entra a reforzar su presencia en el mar Caribe, esto es, las aguas territoriales de Colombia, buena parte de su soberanía marítima entregada al país «nica» por un fallo espurio de la Corte Internacional de La Haya, demandado ante otras instancias judiciales por el gobierno nacional. La «autonomía» de Nicaragua sobrepasa el meridiano 82, un límite que siempre figuró en la cartografía y la diplomacia para garantizar los derechos ancestrales de los habitantes del Archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y Cayos.
En los casos de Rusia y China, no hay que dudarlo, la penetración de sus intereses es previsible. China, con esta cooperación económica y tecnológica, extiende sus garras de tigre asiático, sobre el panorama político de la región centroamericana y de hecho su presencia en Indoamérica es inocultable; cuándo veremos en operación el Canal «nica» es asunto de esperarse y no desesperarse. El protagonismo de China en los mercados continentales no es cosa nueva. Desde su despertar al comercio globalizado, la nación siempre ha ejercido influencia económica.
La diplomacia europea ha penetrado a través de los siglos en el concierto de los países americanos en desarrollo. El advenimiento al poder de grupos nuevos, nacionalistas, neoliberales, social-nacionalistas, revolucionarios (Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Perú), facilitó la injerencia de los neo-imperios, China y Rusia, en la estructura política de aquellos. El Canal en Nicaragua tiene importancia capital para la región. La sola ampliación del Canal de Panamá para permitir el tránsito de barcos de última generación, transportadores de mercancías del gigante euroasiático, no es garantía del flujo comercial que ahora es el baluarte de las relaciones entre naciones.
La presencia china en esta obra, abre nuevas disyuntivas al ajedrez geopolítico de Indoamérica. Existen relaciones sino-estadounidense, permeadas por diversos coronavirus; igual, los países latinoamericanos con los dos colosos mundiales. Esperemos que las obras del segundo Canal arranquen para estar presentes en los acontecimientos políticos del futuro, donde la geografía, el poder, el factor humano y el Estado-nación, constituyen elementos sustantivos.
La geografía tiene sentido por la existencia del hombre. Ciencia que estudia el espacio terrestre, mar, islas, archipiélagos, montañas, llanuras, ríos, selvas, desiertos, bosques, volcanes y demás accidentes. Este fundamento de la geopolítica, adquiere verdadera dimensión cuando se combina con la cantidad y la calidad de inteligencia de los seres superiores que lo habitan. Desde etapas primitivas los espacios geográficos tienen importancia en la medida que las organizaciones logran desarrollo político, económico y social, proyectando personalidad propia y diseñando el panorama cultural dentro de la organización política-administrativa, considerando el espacio aéreo y extraterrestre, posición, situación, forma, riqueza, extensión, clima, vías de comunicación, desarrollo energético, biodiversidad y conectividad.
El poder, un conjunto de medios de orden político, económico, psicosocial y militar de los cuales disponen los Estados para alcanzar los objetivos nacionales en su derrotero histórico. Requiere de capacidad y voluntad de los pueblos para proyectarse exitosamente. En la dinámica geopolítica y estratégica, la autoridad y soberanía de Colombia, Estados Unidos, Rusia, China y Nicaragua, existe en el ámbito tridimensional, tierra, mar y aire, incluyente de la órbita geoestacionaria. De acuerdo con el momento histórico, se da importancia a los poderes, terrestre, naval y aéreo que, aplicados a la economía y la logística, forman parte de lo intermodal.
Los datos del Canal de Nicaragua comparado con el Canal de Panamá