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Obispos de EE UU: RECLAMAN UN TRATO DIGNO A HAITIANOS MIGRANTES

La imagen de la infamia que recorrió el mundo

El presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) y Obispo Auxiliar de Washington, Mons. Mario Dorsonville; pidió al gobierno de Estados Unidos un mejor trato a los haitianos y otros migrantes que viven debajo de un puente en la frontera con México.

«Hacemos un llamado al gobierno de los Estados Unidos para que reevalúe su trato a los migrantes en Del Río y en otros lugares a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, especialmente a los haitianos», dijeron Mons Dorsonville y la presidenta y directora ejecutiva de Catholic Charities USA, Donna Markham, el 22 de septiembre.

En los últimos días, miles de migrantes se han aglomerado bajo el puente internacional en Del Rio, Texas. Se sabe que muchos de ellos son de Haití y llegaron a la frontera con Estados Unidos, luego de cruzar México y otros países centroamericanos.

Algunos de ellos dijeron a los periodistas que dejaron Haití hace años y se mudaron al norte de Estados Unidos, debido a menores oportunidades de empleo en el lugar donde se encontraban.

En respuesta a este drama, la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que está trayendo más personal federal a la frontera, que continúa expulsando a los solicitantes de asilo bajo la autoridad del Título 42 y que está colocando a otros migrantes en procesos de expulsión de inmigrantes.

Bajo el Título 42, la administración de Biden puede expulsar a ciertos solicitantes de asilo individuales, por problemas de salud originados durante la pandemia del COVID-19.

El 20 de septiembre, Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, desalentó a las familias a migrar al país en una conferencia de prensa en Del Río. «Hemos reiterado que nuestras fronteras no están abiertas y que la gente no debe hacer el peligroso viaje», dijo.

«Si viene a los Estados Unidos ilegalmente, será devuelto. Su viaje no tendrá éxito y pondrá en peligro su vida y la de su familia», señaló e informó que el DHS está proporcionando agua, toallas, baños portátiles y técnicos médicos de emergencia para hacer frente al aumento de migrantes.

Mons. Dorsonville y Markham dijeron que estaban «entristecidos de ver tal desprecio por la dignidad humana» en la frontera, en especial por los haitianos, «que enfrentan condiciones que amenazan sus vidas si regresan a Haití y una posible discriminación, si son expulsados a terceros países».

Según algunos funcionarios federales, muchos migrantes haitianos están siendo liberados en Estados Unidos y no son rechazados ni deportados en la frontera. Sin embargo, todavía reciben avisos que les indican presentarse en una oficina de inmigración en 60 días, informó la agencia de noticias Associated Press.

El 22 de septiembre, la USCCB señaló que el aumento de personal federal y el cierre de la frontera, así como los vuelos de deportación para los migrantes en Del Río, eran inaceptables. Además, recordaron que Haití ha sido sacudido por un asesinato presidencial, un terremoto y una tormenta tropical en los últimos meses.

«Políticas como el Título 42 y la expulsión acelerada niegan con demasiada frecuencia la realidad de la migración forzada, ignoran las responsabilidades consagradas en el derecho nacional e internacional y socavan la vulnerabilidad de aquellos contra quienes se aplican», dijo Mons. Dorsonville y Markham.

«Estos no son los sellos distintivos de un sistema de inmigración ‘justo, ordenado y humano’», subrayan. «Después de todo, es en el rostro de cada migrante que vemos el rostro de Cristo», agregaron.

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