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Vicente Fernández: UNA MÁQUINA PRODUCTORA DE DINERO

Vicente Fernández 

 

 

Guillermo Romero Salamanca

Ha muerto el más grande cantante de música mexicana de los últimos 40 años. Hizo lo que quiso. Conoció los mejores escenarios de América Latina y de Estados Unidos. Con estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, multitud de discos de oro, plata, platino, titanio y uranio.

Cantó al lado de cantantes de Estados Unidos, de Latinoamérica y de España.

Su muerte tenía que ocurrir un 12 de diciembre, precisamente el día que México, Centroamérica y buena parte de Estados Unidos celebran el Día de la Virgen de Guadalupe.

De hecho, uno de los temas más sonados en estos días es «El martes me fusilan», tema que fue escrito en épocas de la guerra cristera, cuando algunos políticos pretenden acabar a plomo y espada a cuando seguidor de Jesús encontrarán en su camino.

Vicente cantó en todos los canales de televisión, en más de 15 mil estaciones de radio. Su voz inundó las plataformas musicales y en el mundo los mariachis entonaron sus canciones.

Es lo que puede llamarse, un verdadero ídolo.

La gente lo quiso. Le siguió en los escenarios, le compró canciones y adquirió toda clase de souvenirs. Pintaba caballos. Filmó más de 50 películas y se mostró como el verdadero «macho». Apoyó a decenas de jóvenes figuras y visitó a los mandatarios de casi toda América Latina.

El primer país que visitó fue Colombia, en ese viaje se sorprendió que la gente lo reconociera en la calle y Jorge Barón lo invitó a un almuerzo en su casa.

Nacen miles de anécdotas, recuerdos, historias del cantante. Pronto, incluso saldrá una bionovela con aspectos de sus 81 años.

Pero Vicente Fernández fue una verdadera empresa que movió millones de dólares. Tenía una nómina gigantesca de empleados. Desde músicos, productores, grabadores hasta quienes le servían en su hacienda.

Movilizó dinero a montones con sus películas, más de 50, con sus canciones, más de 700, con sus conciertos, más de 5 mil y con todo lo que tenía a su alrededor como botellas de vino con un valor de cien dólares cada una.

Gracias a Vicente Fernández creció la industria del disco, la radio, la televisión, el cine en buena parte de Latinoamérica.

Era el consentido de los presentadores porque sus canciones, sus opiniones o sus simples risas movían sintonía.

Cuando le dieron la estrella de la Fama en Hollywood, más de 4 mil personas le acompañaron.

Vicente Fernández creó junto a sus hijos más de 88 marcas y más de 25 empresas ligadas a la producción y venta de tequila, aguacate, bebidas alcohólicas, llaveros, perfumes, fragancias, así como a la organización de espectáculos musicales, desarrollos inmobiliarios y tecnología.

Incalculable el dineral que produjo y el trabajo que originó gracias a sus conciertos, desde los que montaron las tarimas, los músicos, hasta los vendedores ambulantes de los alrededores de estadios, coliseos y galleras.

El Sinatra mexicano era una industria, su voz movilizaba a miles de personas, divirtió a millones de espectadores e incrementó nuevas formas laborales.

Se calcula que la fortuna que dejó Vicente Fernández asciende a más de 25 millones de dólares.

¡Qué gran ejemplo para quienes dicen que no hay oportunidades! Para Vicente sólo bastó aprovechar su talento, su potente voz, para convertirse en un Midas de la producción.

Las facultades de comunicación deben analizar su carrera para impulsar nuevos proyectos.

Vicente Fernández deja una fortuna superior a los 25 millones de dólares.