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Cabal y Polo: DE LA CARICATURA A LA OFENSA

La caricatura de los congresistas María Fernanda Cabal y Polo Polo

 

 

 

Néstor Raúl Charrupí 

Ex presidente

Tribunal Superior de Popayán

Hemos luchado desde antes de 1851 cuando José Hilario López oficializo la cesación de la esclavitud, forzada por blancos y mestizos progresistas, pero impulsada esta liberación definitivamente por el miedo que causaban unos negros temibles, llamados de diferente forma en aquel entonces: cimarrones, guerrilleros, bandoleros, picaros, bozales o ladrones; que huían de sus amos o propietarios. «organizándose» en precarias condiciones en veredas, llamadas «Palenques».
Étnicamente los negros y los indígenas somos la parte más débil, económicamente hablando, de gran parte de la sociedad colombiana. Presentamos un gran cinturón de atraso, incluso miseria en algunas partes, en ese gran cinturón del Pacifico llamado Choco biográfico, que arranca en Acandí Choco y viene a terminar en Tumaco Nariño.
Condiciones económicas similares se calcan en el sur de Bolívar, en la parte occidental de Antioquia, Cali y Valle, Norte y Sur del Cauca y desperdigados por todo el territorio nacional, con una constante, persistente y triste: la pobreza.
Ya en los tiempos modernos estas luchas se materializaron en una ley de origen constitucional, conocida como la ley 70, que equiparaba esas comunidades étnicas de esos territorios olvidados con las comunidades indígenas de la misma condición social, dándole la posibilidad de elegir dos representantes auténticos afros a esos desvalidos pueblos.
Con algunos progresos como el mencionado, estas conquistas han empezado a degenerarse; primero flolklorizandolas, como cuando los jóvenes de la Organización Chao Racismo tuvieron que denunciar ideológicamente a Caracol, forzándolos para hacer desaparecer la caricatura de un mestizo supuestamente militar, que se embadurnaba de betún o brea negra, para representar un afro simpaticón, obviamente torpe y guasón. Por caricaturizar y ridiculizar una etnia que lo único que ha dado es trabajo y grandeza a Colombia.
La condición sexual de los seres humanos simplemente es una condición, pudiendo ser hombre, mujer, homosexual, lesbiana, transexual u otras accesiones, pero cuando se utiliza esta condición para potenciar una cualidad que no se tiene puede terminar causando mucho daño, veamos:
El señor o la señora Polo Polo, como el desee que lo llamen, es una persona afro que decidió inclinarse por las tendencias políticas de derechas, simbolizadas en Colombia por el Uribismo. Se ha presentado repetidamente por esta colectividad para regentar cargos públicos y solo ha conseguido de los seguidores de este movimiento de «derechas»: burlas y bromas, no solo, por su género, lo cual particularmente no nos importa y además sería una estupidez, sino por el hecho de ser pobre, negro y hablando como Donald Trump.
Dentro de los adinerados de Colombia hay una senadora María Fernanda Cabal, que presenta las cosas con alguna desfachatez y cinismo, presumo que, por su condición económica y el ambiente político enrarecido, se está signando como la persona más representativa de esa tendencia de «derechas».
Aupó, nos imaginamos de qué manera al personaje Polo Polo, que de la hilaridad paso al éxito individual al salir insólitamente electo por las Comunidades negras.  Es triste que una curul de estas destinada a resolver o guiar a millones de desamparados, puede estar tan frágilmente protegida legalmente de aventureros, en desmedro de lo que constitucionalmente se pretendía proteger.
Además, el susodicho Polo Polo está aprendiendo rápidamente las malas cualidades de su mentora, se ufana de su propia ignorancia en los temas que le tocaría resolver, desconociendo por su propia voz en entrevistas radiales. Que un representante por las comunidades étnicas debe conocer: Las notorias necesidades básicas insatisfechas de las comunidades negras de Colombia. lo cual de suyo es insólito, cuando estas son evidentes, y más aún, en la Costa Atlántica.
 Esta señora parlamentaria Cabal, así la prueba judicial sea un tanto difícil de concretar, ofende a las Comunidades negras colombianas, porque a pesar de ser Senadora no ayuda a nivelar la ecuación de la desigualdad, sino que la agrava y además la ridiculiza y minimiza, al hacer aparecer personajes «afros» como Polo Polo no solo como el perrito faldero de los ricos, sino bravucón y altanero.

La Senadora no ayuda a nivelar la ecuación de la desigualdad, sino que la agrava y además la ridiculiza y minimiza, al hacer aparecer personajes «afros» como Polo Polo no solo como el perrito faldero de los ricos, sino bravucón y altanero.