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Carta de Gustavo Petro: A LOS SOLDADOS Y POLICÍAS DE COLOMBIA

Soldados de Colombia 

 

Mi compromiso con ustedes:
Más allá de ideologías y coyunturales debates políticos tengo claro que ustedes, los soldados de tierra, mar y aire  y los policías de la patria, son humildes colombianos que, al igual que millones de compatriotas, reclaman un mejor futuro para sí mismos, pero en especial para sus queridas familias.
Es innegable el valioso aporte de la mayoría de ustedes en la construcción de una Colombia más humana; como también lo es que no cuentan con una vivienda digna, tienen que esperar meses para obtener una cita médica, los ingresos no les alcanzan para pagarles una educación decorosa a sus hijos, no gozan de descansos acorde a sus extenuantes jornadas laborales e incluso se les volvió un privilegio acceder a un club vacacional.
Por eso, uno de los puntos centrales de nuestro Pacto por la Vida y la Nueva Política Integral de Seguridad, con énfasis en convivencia ciudadana y cambio climático, que vamos a poner en marcha desde la Presidencia de la República, lo constituye fortalecer la fuerza pública y el bienestar de sus integrantes, en especial el de los más vulnerables, para lograr la paz total en el territorio nacional.
En primer lugar, en alianza con la empresa privada, vamos a construir ciudadelas para que ustedes no tengan que seguir viviendo en zonas marginales, incluso de alto riesgo para su seguridad, máxime si se tiene en cuenta que después de su turno laboral regresan a casa de civil y desarmados.
No más efectivos de la fuerza pública pagando arriendo en pequeñas habitaciones de inquilinatos, tras ser trasladados, muchas veces de manera arbitraria, sin tener en cuenta su entorno familiar y su precario salario.
También reestructuraremos los subsistemas de salud que los atienden, los cuales cada vez se parecen más al inhumano servicio que les ofrecen las EPS a los demás colombianos: pacientes en los pasillos de los hospitales, citas para dentro de seis meses o más y falta de medicamentos, entre otros tantos males.
Por eso, una de las prioridades será construir nuevos hospitales, como el Hocen, en distintas partes del país, y fortalecer instituciones tan importantes como el Hospital Militar.
También ampliaremos y modernizaremos las guarderías y los colegios de la fuerza pública e impulsaremos un programa de becas para que sus hijos gocen de una educación de primer nivel. Les garantizaremos su acceso expedito al SENA y a la universidad pública y tendrán prioridad  en el Icetex a la hora de solicitar un préstamo, sin interés alguno, y hasta condonaremos la deuda de los mejores.  Y para mejorar los ingresos del hogar abriremos cursos especiales en el SENA, dirigidos al esposo o esposa del uniformado.
Adicionalmente, remodelaremos los centros vacacionales y lideraremos los esfuerzos altruistas de la sociedad civil para que, tal como lo afirma Francia Márquez, puedan vivir sabroso.
Nuestra estrategia también contempla transformar, gradualmente y en la medida en que consolidemos la paz, el servicio militar en servicio social, para que solo los profesionales, bien entrenados, bien equipados y bien remunerados, se encarguen de combatir el multicrimen. No más cementerios llenos de jóvenes héroes, en su mayoría humildes campesinos, ni hogares vestidos de luto perenne.
Los muchachos y las muchachas llamados a prestar ese servicio social lo harán en campañas preventivas del delito, alfabetización, protección de entornos escolares, guardabosques o guías turísticos, y en la implementación de los acuerdos de paz.
Y algo muy importante, haremos las reformas necesarias para que los ascensos, las representaciones en el exterior, las condecoraciones y los reconocimientos sean por méritos. Siempre me he preguntado: ¿por qué un buen soldado o un buen patrullero no puede llegar a ser General?
Por último, respetando siempre su régimen especial de asignación de retiro y demás derechos adquiridos, pondremos en marcha un plan de apoyo para los pensionados y retirados de la fuerza pública, con el fin que sigan aportado su cualificada experiencia en entidades como el Inpec, el manejo del tránsito y la empresa privada, lejos de esos peligrosos cantos de sirena que buscan convertirlos en mercenarios internacionales.
Como se pueden dar cuenta, respetados soldados de tierra, mar y aire y policías de Colombia, el bienestar no tiene color político ni es un privilegio para unos pocos. Es un derecho que debe estar al alcance de todos los colombianos.
Gustavo Petro Urrego
Gustavo Petro, candidato presidencial 
«Los muchachos y las muchachas llamados a prestar ese servicio social lo harán en campañas preventivas del delito, alfabetización, protección de entornos escolares, guardabosques o guías turísticos, y en la implementación de los acuerdos de paz».