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Nuevo Rector de Unicauca: UNA DESGINACIÓN CON EMPATÍA UNIVERSITARIA

Patio Bolívar en el Claustro de Santo Domingo de la Universidad del Cauca. 

 

 

 

Oscar Manuel Urrego Ruiz

La reciente designación del nuevo Rector de la Universidad del Cauca, motiva opiniones que hacen eco a cierto malestar frente a la decisión legítima asumida por algunos integrantes del Consejo Superior de la Alma Mater. Los honorables consejeros, en sesión del pasado 5 de abril del año en curso, asumieron la  tarea de escoger al profesional universitario que reuniera las condiciones y competencias pertinentes para dirigir los destinos de la institución de educación superior pública en nuestro departamento.

Todos los aspirantes a tan importante cargo son personas idóneas, capaces, creativas, conocedoras del medio universitario, experimentadas en la academia y con estudios avanzados en cada una de sus especialidades. Por ello, la escogencia del Rector no ha sido un acto simple de elección en donde los consejeros depositaron sin mayores miramientos un voto con el nombre del  candidato de su preferencia. En actos como este, se requiere debate y reflexión para tomar una acertada decisión en beneficio de la Universidad en forma integral.

Por esta razón, en las universidades públicas no se elige un Rector, sino que se acude a un mecanismo llamado designación, esto es que los integrantes del Honorable Consejo Superior revisan a detalle el historial académico de los candidatos y sus propuestas o planes de trabajo contextualizados en el Proyecto Educativo Institucional (PEI). Es cierto que Unicauca realiza sondeos entre los estamentos estudiantiles y docentes y también entre las directivas administrativas para motivar la designación como tal; pero estos ejercicios democráticos y sus resultados deberían estar encaminados a  fortalecer la vida universitaria, su autonomía, la investigación, la generación de nuevo conocimiento y, sobre todo, la proyección social para que la ciudadanía como auténtica dueña de la universidad pública reciba los beneficios que le corresponden. Esto sería lo ideal; sin embargo, no ocurre así porque otros actores que hacen parte del Consejo Directivo universitario y representan la burocracia de los gobiernos nacional y regional, amén del representante de los gremios empresariales, tramitan otra agenda que desafortunadamente está contaminada de tintes politiqueros y ven en la universidad el fortín para sus inescrupulosas y mezquinas pretensiones, alejadas de la creación y producción de nuevos conocimientos al servicio de las comunidades.

Por lo anterior, los representantes externos (gobierno y gremios) que tienen un lugar en el máximo órgano de dirección de la universidad pública regional, en la reciente sesión debieron aceptar y asumir la decisión consensuada de los representantes de estamentos universitarios (estudiantes, profesores y administrativos) que como actores auténticos y tangibles decidieron en primer lugar rechazar las políticas del mal gobierno del presidente Iván Duque en materia educativa y, acto seguido, ponderar entre las propuestas rectorales la más adecuada y pertinente, a fin de fortalecer y engrandecer los principios de una institución que está próxima a cumplir dos siglos de gloriosa existencia al servicio del país.

No obstante, algunos actores de nuestro entorno no ocultaron su malestar y señalan de improcedente y desleal la decisión del representante de las directivas unicaucanas que «no acató» el deseo de sus representados. Olvidan esas voces disonantes que dicho representante tiene la misión de hacerse participe del debate crítico y ponderar razones válidas para la defensa y crecimiento de nuestra máxima casa de estudios, sobre todo en el preciso momento de tomar partido en la designación del nuevo Rector, donde cada Consejero deberá colocarse por encima de cualquier interés personal o grupal, a fin de acoger ponderadamente las decisiones orientadas hacia el bien institucional sin artilugios ni prebendas, con la sola intención de alcanzar el bienestar de una colectividad y, de esta forma, no cohonestar ni encubrir nefastas pretensiones de un grupo o camarilla que aprovecha su posición de poder para esquilmar y arrasar recursos públicos en beneficio propio.

Más bien, pensemos que tras horas de discusiones y objeciones, el honorable representante de las directivas, decide racionalmente con entereza, gallardía y valentía aproximarse a conciliaciones y concertaciones entre sus pares, aquellos que le son afines en un mundo que comparten y viven día a día; ese mundo, que es la UNIVERSIDAD PÚBLICA, considerada un templo del saber, amalgamado a la multiculturalidad y diversidad étnica de esta región del país. Es ahí donde el  citado representante, a quien no conozco personalmente, acudió a la sindéresis y discreción para aunarse a los criterios de sensatez –estudiantes, profesores, egresados y administrativos- que sienten, sufren y disfrutan el quehacer propio de la universidad, alejado de prácticas maquiavélicas y clientelistas que deben ser rechazadas por la academia.

Así las cosas, no se elige sino que se designa a un profesional para que asuma la dirección institucional, previo sesiones de análisis del Consejo Superior Universitario, hasta lograrse un consenso y designar al aspirante con los merecimientos más ajustados al contexto actual que juega la Universidad. Esto es muy distinto a una elección en la que solo basta depositar el voto, que en la mayoría de las veces ganan los candidatos que engolosinar a sus electores con demagogia y hasta con respaldados de maquinarias politiqueras.

En hora buena los universitarios han elegido a uno de los suyos, con quien tienen empatía y ven proyectadas aspiraciones colectivas en bien de la Universidad del Cauca, en clara oposición al sector gubernamental que en los últimos años se ha mostrado apático y displicente con la institución. Finalmente, confiamos en las capacidades profesionales, las competencias administrativas y  cualidades humanas del nuevo Rector Deibar Rene Hurtado Herrera, augurándole un camino de aciertos para bien de la academia y la sociedad,  durante el quinquenio que inicia este 22 de abril de 2022.

Adenda: La regla de las mayorías NO debe ser confundida con la democracia, pues sistemas democráticos modernos suelen no utilizarla en ocasiones para garantizar el bienestar colectivo.

El rector saliente, José Luis Diago Franco y el rector entrante, Deibar Rene Hurtado Herrera.

La Facultad de Artes de la Universidad del Cauca.