Hande Erçel
Buscando el muerto río arriba
Durante 7 días estuvieron en rumba en la cárcel La Picota los llamados «extraditables». La bulla se escuchaba en muchos sectores de la localidad de Usme en Bogotá.
Celebraban, según dijeron, la festividad de Las Mercedes, que se hace cada año en las cárceles del país. No es nada nuevo.
En el día del recluso hacen reinados, en la cárcel del Buen Pastor y en otras invitan a las familias, llegan lechonas, tamales, gallinas y todo tipo de viandas de distintas partes del país. Incluso, arrobas de camarones para que degusten en esta celebración.
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En las fiestas de los reclusos, que cuentan con el permiso del INPEC, de la Policía y de los mismos jueces de la república, hasta del mismo Ministerio, la gula es uno de los principales pecados que se cometen en esos días.
Lo extraño este año es que la fiesta no fue de un solo día, sino de al menos 7.
En años pasados han estado grandes agrupaciones musicales. Y es que allí, en esas cárceles, no están los que se roban un celular o un caldo de gallina. Hay personas que se han enriquecido con el erario, con el contrabando, con la corrupción y, sobre todo, con el narcotráfico.
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Pero claro, este año, dentro de las llamadas «investigaciones exhaustivas» encontraron que Ana del Castillo –la artista de moda en el vallenato—había ido.
De inmediato los «moralistas” se rasgaron las vestiduras y pidieron que se hicieran las investigaciones respectivas. ¿Qué puede decir la connotada figura vallenata? Pues que estuvo en un concierto para celebrar la fiesta de los reclusos.
Igual, el próximo año volverán otros artistas y cantarán el tema de Fruko, “el preso” y aquella otra dedicada a la Virgen de la Merced.
Así como las redes se inundaron de imágenes mostrando a la reina del vallenato romántico, se olvidaron que hay más de 120 mil presos y muchos de ellos no cuentan con un kit de aseo, por ejemplo, otros no pueden pagar un abogado y unos más deben trabajar allí para solventar algún dinero y enviarlo a la familia.
La realidad de las cárceles es distinta a lo que muestran las redes para enlodar a unos cantantes que contratan para divertir a los presos unas horas.
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La situación es distraer a los medios de comunicación entregando fotos de los artistas, pero no dar a conocer la cruel realidad en que viven unos sobre otros por la verdadera crisis carcelaria.
Ana del Castillo, de 23 años, es considerada por muchos como una de las más grandes promesas del género vallenato, pues a su corta edad ha logrado compartir escenario con importantes artistas e incluso ha grabado canciones al lado de músicos de la talla de Peter Manjarrés e Iván Villazón.
Sus videos son los más vistos y sus conciertos siempre originan escándalos hasta compararla con Diomedes Díaz, situación que, a ella, poco le interesa, porque su único placer está en cantar semidesnuda.
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Por ahora confirman que Ricky Martin estará con su nuevo espectáculo el 23 y 24 de noviembre en el Movistar Arena de Bogotá.
Este concierto ha creado gran expectativa en sus seguidores en América Latina, y especialmente en Bogotá donde han pasado 17 años desde que el ganador de múltiples Grammy y Latin Grammy se presentó en la ciudad, por lo que será un concierto muy especial.
En el espectáculo no podrá faltar los grandes éxitos que Ricky le ha regalado a su público por años y que lo han convertido en uno de los artistas más importantes de la música Latina, entre ellos «Vuelve», ‘Vente Pa’Ca» «La Mordidita», «Livin» «la vida loca», además de sus nuevos temas de su más reciente EP ‘PLAY».