Elsa Pataky
Un reinado en la clandestinidad
Durante casi un siglo, las fiestas novembrinas estuvieron cobijadas con la información sobre el Reinado Nacional de Cartagena.
El país prácticamente ponía toda su atención en las beldades que representaban los diferentes departamentos en contienda. Primero fue la prensa, luego la radio y después la televisión. Llegaron a inscribirse más de 1.500 periodistas que transmitían segundo a segundo todas las incidencias del evento más espectacular de Colombia.
Llegaron figuras internacionales de la canción. Por allí estuvieron los vocalistas de moda que concedían ruedas de prensa en los salones del emperifollado Hotel Cartagena Hilton.
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A las playas llegaban turistas ávidos de tanta belleza que, de vez en cuando, desfilaban por las calles de la ciudad heroica y centenares de personas escuchaban las historias de las batallas que se libraron en búsqueda de la independencia.
Se agotaban las existencias etílicas, se consumían las reservas de pollo, carne y pescado porque los hambrientos visitantes adquirían todo.
Poco importaban los aguaceros, las inundaciones de las avenidas, los buscapiés, la endiablada harina que tapaba los ojos, las bolsas llenas de orina que arrojaban los cartageneros a los cachachos con tal de encontrar la burla.
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Cuando se hacía el desfile en la bahía de Cartagena cientos de botes apretujaban a los yates donde iban las reinas que aferradas de un mástil veían toda aquella algarabía con fin de inventario.
Eran niñas las concursantes, no tenían de pronto, tanto glamour, ni cirugías que se exigen ahora ni mucho menos se pensaba que una concursante fuera casada y, ni por la cabeza, que fuera de la comunidad LGTBI.
Los jurados siempre fueron de primer orden, renombrados periodistas, personalidades de la empresa y la moda daban sus veredictos que eran aplaudidos por las multitudes.
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Doña Teresa Pizarro de Angulo dictaba cátedra en el asunto y exigía toda clase de requisitos para participar, para obtener una credencial, para cubrir el evento, hasta para vestir.
El Reinado enviaba a su ganadora al Miss Universo, certamen de gran prestigio internacional en esos años, luego cambiaron las reglas y terminaron enviando a las princesas al Reinado del Banano y del Encuentro por la Paz en Malasia.
Eran los tiempos en los cuales Producciones JES y RCN Televisión peleaban en franca lid por obtener los permisos para la transmisión del reinado. Don Julio transmitió por muchos años el Reinado de Miss Universo y contemplaba ese derecho en Colombia, pero Samuel Duque era un aguerrido negociante con los organizadores de Cartagena y les llevaba entonces la más impresionante producción en vivo y en directo.
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Se utilizaban yates, helicópteros, cámaras de altísima calidad y tecnología de punta del momento.
Eran otros tiempos.
Ahora el festival lo transmiten por Facebook live, de pronto por un canal de YouTube, los medios de comunicación escasamente dan el nombre de la ganadora y el reinado llega a su penumbra.
Como diría una amiga, «todo tiempo pasado, fue mejor».