Noticias, TOP

Gestores de paz trabajan para acabar: GUERRA DE LAS ESMERALDAS

Esmeralda Colombiana

«Estamos en desacuerdo que se nos involucre en el mundo de la violencia y el narcotráfico, con grupos irregulares y todo tipo de diferencias sociales, nunca nos hemos disputado un dominio territorial ni un control, solo buscamos las oportunidades de trabajar de manera legal para un futuro y el de nuestros hijos»

 

Ariel Valencia 

Los gestores de paz de la zona esmeraldera del occidente de Boyacá y el gremio en general de los esmeralderos expresaron una nuestra profunda preocupación e indignación por los actos violentos ocurridos recientemente. Rechazaron firmemente el irrespeto a la vida y la violencia en general, como mecanismo para resolver las diferencias entre nuestros hermanos, y lamentamos que estos hechos hayan resultado en la trágica pérdida de vidas humanas en el pasado.

Indicaron que por más de 30 años, la desinformación han participado activamente de la estigmatización del  gremio que siempre ha promovido y trabajado con honestidad, compromiso a una paz y estabilidad
de los municipios que día a día sobreviven, sin apoyo del gobierno nacional, departamental y municipal, razón por la cual queremos dejaron  claro ante la opinión pública:

«La mal llamada guerra de la esmeralda no es más que una problemática de egos personales y  familiares de unos pocos, en donde quienes están pagando las injusticias de esa violencia son los más vulnerables y con pocas posibilidades laborales en la región», indicaron.

Agregaron; «EL proceso de paz que se realizó en la década de los 80´s y 90´s fue un pacto de no agresión entre familias, pero nunca se tuvo en cuenta a todo el gremio minero, esmeraldero para entrar a definir el modelo de convivencia y de libre trabajo».

Revelando: «Que el gremio de los esmeralderos del occidente de Boyacá, siempre hemos rechazamos durante estos años de violencia, los asesinatos, acciones violentas diversa contra los niños, niñas, adolescentes, jóvenes, grupos étnicos, hombres y mujeres lideres sociales de las diferentes asociaciones que defienden nuestros derechos humanos».

Explicaron que en los últimos años la guerra verde se ha dado más por infiltración de diferentes sectores ilegales, que no pertenecen al departamento de Boyacá desestabilizado el orden dentro la labor que realizan de manera transparente y artesanal.-.

Comentaron como el gobierno nacional y  la iglesia en su momento ha participado del acuerdo de convivencia, pero no ha sido suficiente las acciones hechas ya que hay temor de que se endurezcan los actos de violentos contra los grandes, medianos y pequeños empresarios de la esmeralda y en general toda una comunidad que se ve afectada por una guerra que no es de ellos.

«Tanto el estado, las instituciones, los organismos de justicia y la sociedad colombiana en general no pueden ser indiferentes ante el dolor de muchas familias y población humilde del occidente de Boyacá, que no tienen nada que ver con la guerra de la esmeralda», anotaron.

Complementando: «Como gestores de paz instamos a retomar y profundizar la solución de este problema con diálogos constructivos, a generar una verdadera paz con justicia, reparación y no repetición en el occidente de Boyacá, protegiendo la integridad social, con respeto y convivencia, libertades y derechos humanos».

 En este proceso de Paz para el occidente de Boyacá han  convocado a la comunidad internacional para que sean garantes de un proceso con veeduría y control sobre lo que ha sucedido y que ha enlutado a las familias esmeralderas, dando garantías y oportunidades de un cambio para todos los involucrados en una guerra sin sentido.

«Estamos en desacuerdo que se nos involucre en el mundo de la violencia y el narcotráfico, con grupos irregulares y todo tipo de diferencias sociales, nunca nos hemos disputado un dominio territorial ni un control, solo buscamos las oportunidades de trabajar de manera legal para un futuro y el de nuestros hijos», denunciaron los gestores de paz.

El proceso que se inició dará alternativas no solo mineras sino agroindustriales para quienes quieran complementar la cadena productiva y en la finalización de un programa exportable de los productos, desde el occidente de Boyacá para el mundo.

El proceso permitirá mostrarle al mundo que la esmeralda colombiana no se exporta con sangre, sino con paz, arte, cultura, y que, desde el momento de su extracción, las manos de los mineros, guaqueros, recolectores, talladores y todos los que hacen parte de este gremio la transforman con amor, cada esquina y brillo de la esmeralda representa una historia de vida del occidente de Boyacá»,

«Enviamos un claro mensaje de que no queremos que más vidas se pierdan, la dignidad humana es sagrada, no se puede apagar la esperanza, el respeto a la vida de toda una comunidad que solo trabaja en condiciones inhumanas y que no se les reconoce su labor, ni a sus familias», finalizaron diciendo los gestores de la guerra verde en Colombia.

Boyacá con la participación de los gestores de paz esperan que retorne la paz. Todos rechazan la guerra de las esmeraldas.