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Historia: LAS LLAVES DE LA CIUDAD

Posted on septiembre 19, 2022

El símbolo de las llaves de una ciudad. 

 

 

Hernán Alejandro Olano García

El inventor de las llaves de cerradura fue el griego Teodoro de Samos, en el siglo VII a.C., con un diseño en forma de hoz fabricado en hierro y un mecanismo sencillo, ya que simplemente pasaba en recto a través de un orificio de la puerta y luego se giraba.

En los Evangelios, aparece el «poder de las llaves» del cual es titular Jesús y se ha considerado que es el poder de «atar y desatar», tanto las normas a la comunidad terrenal, como de la comunidad celestial y poder admitir o separar de ellas a una persona. Simbólicamente, San Pedro es representado con las dos llaves, una dorada y una plateada.

Las llaves de la ciudad o de la «libertad de la ciudad», también denominado en inglés Freedom of the City, es una distinción honorífica que se otorga por parte de un municipio a miembros eminentes de una comunidad o a los visitantes ilustres en diversas ciudades.

Habitualmente, en Colombia se hace entrega de ellas a las candidatas a los reinados en la ciudad de Cartagena de Indias, con una ceremonia que durante la época dorada del Reinado Nacional de la Belleza se celebraba en el palacio municipal. Igual ocurre en Buenaventura con las candidatas del Reinado Señorita Litoral. También es costumbre arraigada, que cuando la Señorita Colombia visita las ciudades del país para desfiles de moda benéficos, los alcaldes, en señal de agradecimiento le hacen entrega de las llaves de la ciudad.

En 2017, la alcaldesa de Yopal, Luz Marina Cardozo Solano, por medio del decreto 036 del 9 de junio de ese año, causó polémica al entregarle las llaves de la ciudad a Jesucristo, para que «su reino y su paz sea establecido” en este lugar, buscando el que «La comunidad de Yopal a través de su gobernante anhela la salvación de su alma y que el Señor Jesucristo more en el corazón de cada habitante de nuestro Municipio». Igualmente, en 2020, Julián Alfredo Perdomo Losada, quien se posesionó ese año como alcalde de San Vicente de Caguán, Caquetá, generó polémica con su primera decisión, a través del decreto 001 del 1 de enero de ese año, cuando entregó las llaves del municipio a Jesucristo, argumentando que esta era una forma de «recuperar la moral y los valores».

El origen de las llaves de la ciudad tiene dos versiones, ambas de origen medieval. Una de ellas, afirma que simbolizan las relaciones políticas entre una comarca y su nuevo rey, puesto que cuando éste era coronado e iba a cada comunidad, el administrador local o burgomaestre, le entregaba las llaves de la puerta de la ciudad amurallada, con lo cual, se creía que le traspasaba el poder de dicha ciudad. Además, se dice que aquel mismo día, el rey les devolvía las llaves a modo de expresar que confiaba en la comunidad y en el administrador de la villa. La otra versión afirma que, en época de castillos y fortalezas, las personas les entregaban las llaves a sus amigos. Actualmente se reflejaría en que las personalidades que reciben la distinción son «amigos de las ciudades».

En el famoso cuadro de Velásquez «la rendición de Breda», aparecen los vencidos entregando las llaves de la ciudad a los invasores.

Otro episodio anterior y un poco machista, se produjo cuando el rey Boabdil IV de Granada, entregó las llaves de la ciudad a la reina Isabel la católica y el monarca llegó llorando a su palacio, donde su madre mencionó una frase lapidaria: «Llora como mujer, lo que no supiste defender como hombre».

Aunque es necesario llevar en Colombia un registro detallado de condecoraciones concedidas, lo cual debería reglamentarse por Decreto, la capital colombiana lleva un listado de beneficiarios agraciados con las llaves de la ciudad desde 1994, así:

En 2017, el Alcalde de Medellín le entregó las llaves de la ciudad a Bill Clinton, pero no hay muchos registros de estas distinciones en nuestro país.

 

Versiones  afirmaban  que los nuevos reyes medievales recién coronados visitaban las comarcas para reafirmar su poder y recibían las llaves como muestra de su aceptación local.