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Jorge  Isaacs Ferrer: CORAZÓN TOLIMENSE Y NIPÓN

 Hacienda La Paraíso residencia de Jorge  Isaacs Ferrer, autor de la novela: La María. 

 

 

Gerney Ríos González 

Del Imperio del Sol Naciente hace 90 años, llegaron a Colombia campesinos procedentes del Japón a través del Océano Pacífico el más grande del mundo (155 millones 557 mil kilómetros cuadrados de extensión), luego de vender sus propiedades y con capitales productivos para vivir durante 3 años.

¿Qué motivó a los nipones a establecer su residencia principalmente en el Valle y luego en el Tolima? Una de las lecturas favoritas de los agrarios japoneses para aprender a hablar en español, fue «María», novela del escritor Jorge Isaacs Ferrer. Esta excelente obra literaria los sedujo de tal forma, que decidieron quedarse a vivir en los 22 mil 140 kilómetros cuadrados del Valle del Cauca, los 29 mil 308 del Cauca y luego en los 23 mil 562 del Tolima.

Paisajes y riquezas de las tierras narradas en «María», motivaron a los asiáticos a trabajar y producir con esperanza y pundonor. Además de transmitir sus conocimientos en el sector agrícola, con tecnología, contribuyeron al desarrollo agroindustrial de Colombia.

El autor de la primera novela romántica en Hispanoamérica, saturada de paisajes y descripciones comarcanas, vivió y murió en tierras tolimenses propiamente en Ibagué, donde residió por varios años con su familia, a orillas del río Combeima.

Jorge Enrique Isaacs Ferrer autor de la inmortal «María», la cumbre de su obra literaria que ha merecido estudios críticos en América, Europa y Asia, principalmente Japón, Corea del Sur e Indonesia, fue víctima del paludismo, enfermedad para la cual no había prevenciones médicas efectivas; entregó su alma al Creador en la capital musical de Colombia en 1895. Su periplo vital fue breve.

En carta escrita en 1874 por Jorge Enrique Isaacs Ferrer, describe: «nací en el Estado del Cauca (basta eso) el 1 de abril de 1837. Fueron mis padres: el señor Jorge Henry Isaacs, súbdito inglés, que solicitó carta de naturaleza en Colombia a la edad de 20 años y la obtuvo del Libertador Simón Bolívar en 1829; la señora Manuela Ferrer Scarpetta, colombiana de nacimiento. Recibí instrucción primaria en una escuela de Cali y en otra de Popayán (la del señor Luna). En 1848, empecé a estudiar en Bogotá en el Colegio del Espíritu Santo del doctor Lorenzo María Lleras; más tarde cursé también en San Buenaventura y San Bartolomé”.

Su padre George Henry Isaacs, un judío inglés nacido en Jamaica, quien ingresó al Chocó por el mar Caribe en 1822, donde estableció el eje comercial Quibdó-Kingston, mediante la explotación minera aurífera. Lograda la ciudadanía colombiana en 1829, convertido al cristianismo, se trasladó a Cali. Cerca a este lugar adquirió las haciendas La Manuelita en 1840 y posteriormente El Paraíso, epicentro de María, denominada La «Casa de la Sierra».

En 1854 se enroló en las filas de quienes combatían la dictadura del general chaparraluno, José María Dionisio Melo y Ortíz. A los pocos años fue picado por el bicho del matrimonio y contrajo nupcias con Felisa González Umaña. Para 1860 se hallaba inmerso en la guerra y empuñó las armas para defender el gobierno conservador de Mariano Ospina Rodríguez. El caudillo Tomás Cipriano de Mosquera, cuatro veces presidente de Colombia, era la cabeza visible de la sublevación contra el régimen.

La vida de Jorge Isaacs transcurrió entre las armas, los cargos oficiales, la literatura, el comercio y la poesía. Pasó a la historia con «María», una obra pergeñada en los paradisíacos lugares del Valle del Cauca y en la idílica hacienda «El Paraíso», hoy monumento nacional, consagrado a su memoria. La novela ha resistido el paso del tiempo y de la crítica, de pronto apenas superada por «Cien años de Soledad», de Gabriel García Márquez, Premio Nóbel de Literatura.

Isaacs Ferrer, que tiene un bien ganado lugar en el corazón de los ibaguereños y la tierra tolimense, vivió en una hacienda por los lados del Río Combeima, fue subinspector de los trabajos del camino de Cali a Buenaventura. En 1865, hallándose en el campamento de La Víbora, lo picó el paludismo. Se hallaba en los inhóspitos y selváticos parajes de Dagua. Aprovechaba los descansos y las horas de la noche para redactar su novela María, publicada dos años después -1867- en una edición de 800 ejemplares, vendida a $1.60.

En Ibagué, descubrió en sus alrededores minas de oro de filón y de aluvión, estableciendo una compañía para explotarlas, sin éxito alguno. En los últimos años de su vida, en la finca La Fania de 1888 a 1895, dedicó parte de su tiempo a revisar la tercera edición de María, texto con modificaciones en su ruta a una cuarta edición que nunca llegó. En los altos del río Combeima y en la finca La Fania dejó en borrador las novelas Fania, Camilo o «Alma Negra» y Soledad, que quedaron en la «torre de control” de Isaacs Ferrer. La Fania en la actualidad tiene 4 hectáreas, zona de hortalizas, verduras y turismo ecológico por excelencia, especializada en avistamiento de aves.

Jorge Isaacs Ferrer

Manuela Ferrer Scarpetta y George Henry Isaacs, los padres del poeta, Jorge Isaacs Ferrer.