Texto y fotos
Manuel Tiberio Bermúdez
Con muy poca asistencia al conversatorio con la escritora mexicana Cristina Rivera Garza, cerró el segundo día del 8º Festival Internacional de Literatura, Oiga, Mire, Lea, que se realiza en la Capital del Valle y que tiene como escenario principal la Biblioteca Departamental. Es cierto, que había poco público pero las palabras, las buenas palabras, lo llenan todo.
La moderación del conversatorio estuvo a cargo de Adriana Santacruz; «La mona», periodista, columnista en varios medios y experta en cuestiones de sociología. Fue un conversatorio de dolor a dolor.
El tema a tratar: el feminicidio. Hecho doloroso pero presente como, un monstruo de horror, en contra de las mujeres. El feminicidio, palabra que fue incluida en el diccionario de la lengua española en 2014, se define como «el asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia», que es el desprecio o el odio hacia las mujeres. Según cifras más de un centenar de mujeres en el mundo son asesinadas a diario por sus parejas.
Adriana Santacruz, quien sabe del dolor por la pérdida de un ser amado, inició el conversatorio presentando a la escritora mexicana Cristina Rivera Garza, a quien una hermana le fue asesinada por su novio.
La autora Cristina Rivera, luego de 30 años del asesinato de su hermana, publicó un libro: «El invencible verano de Liliana» en el que cuenta la historia.
«A Cristina Rivera, le asesinaron a su hermana. Fue un feminicidio. Ocurrió hace 30 años cuando de eso no se hablaba –empezó diciendo Adriana para introducir a la escritora-. 30 años después tenemos este bellísimo libro, un libro que nos llega al alma, un libro sobrecogedor que también es una oda al amor. Es también un libro que levanta la voz contra la impunidad en los casos de feminicidio».
La charla se hizo mediante una teleconferencia, pues como explicó la escritora invitada, «mi deseo profundo era estar allá en Cali, pero por desgracia varias circunstancias me impidieron realizar el viaje, pero ojalá pronto nos podamos dar un abrazo y vernos cara a cara».
«Para quien hemos pasado por un duelo muy duro, escribir es una tentación, porque resulta una terapia para sacar esos demonios que nos ha dejado la perdida de alguien inmensamente amado» -señaló la moderadora- para preguntarle a la autora Cristina Rivera el porqué le tomó 30 años escribir este libro?
«Pasan tantas cosas en 30 años. Cuando mi hermana fue asesinada en 1990, poco se hablaba del feminicidio. Unos meses después una jueza de la ciudad de México encontró que había suficientes evidencias para levantar un acta de aprehensión contra Ángel González Ramos, el ex novio de mi hermana. Desde entonces ese individuo se dio a la fuga y ha permanecido fuera del alcance de la ley. Se trata entonces de un feminicidio impune y eso también es importante para explicar estos 30 años».
«En 1990 no solo, no se hablaba de esto sino que cuando se tocaba el tema usualmente la manera de explicarlo como un crimen pasional. La manera de explicarlo era que, se trataba de un hombre pacífico que debido a alguna pasión desatada, a un hecho extraordinario, se veía obligado a ejercer esta violencia. Por supuesto que este tipo de explicación, de manera implícita siempre termina inculpando a la víctima y termina exonerando al perpetrador».
También hablaron del proceso creativo de cómo la autora se valió de notas y cartas de su hermana para construir la historia.
La conclusión de la charla, además del dolor que deja en las familias este tipo de sucesos, fue que hay que terminar de una vez por todas con el discurso de que este tipo de sucesos es culpa de las mujeres y que no se debe cejar en la lucha porque haya justicia ya que los feminicidio se dan porque existe la impunidad.
La escritora mexicana Cristina Rivera Garza, cerró el segundo día del 8º Festival Internacional de Literatura.